sábado, 16 de febrero de 2013
¡VER PARA CREER!
Esta semana sube el telón de la II Edición de Festival de Teatro de Caracas en un año que, para unos puede ser pavoso, para otros, de suerte; sin embargo, es una realidad asombrosa, necesaria y fundamental para los habitantes de esta urbe como para un sin número de grupos, compañías, creadores y artistas vinculados a la escena venezolana del actual siglo XXI.
Asombrosa porque la variedad de eventos y espectáculos, eventos y actividades generaran que tanto los involucrados como organización, los participantes que conforman esta vitrina como para el público que será convocado a presenciar esta fastuosa fiesta, encontrará mil una cosas que hacer, ver, intervenir de forma dinámica en acciones formativas, de diálogos y hasta ¿Por qué no?, en los mismos espectáculos a ser sustraído de la platea por algún actor y hacerlo parte del evento.
Necesario porque el teatro venezolano requiere no solo del FTC-2013 sino de todos aquellos encuentros, muestras y festivales que, por años han estado diseminados a lo largo del país y que, por sus formatos y especificaciones de llamado, reconocen un hacer que, apenas se exhibe en temporadas cortas o, con suerte, se pueden visualizar en las giras de los pocos afortunados colectivos que pueden hacerlo.
Fundamental, porque, será plataforma medular para saber ¿Cuál es la salud del teatro nacional? ¿Cuál es su impacto creador? ¿Qué tendencias se expresan en la actualidad? ¿Qué clase de incidencia está teniendo entre creadores, diseñadores y los actores que se integran bajo un cierto concepto escénico?
Incluso, añadiré que la razón de que se haga obligado a tener un Festival de la dimensión del FTC-2013 es devolverle la dignidad a un hacer artístico que, por variadas razones fue dejado de lado cuando el sentido creador del país reclama y demanda que los cambios vengan desde todas las esferas y en este caso, el teatro es una de esos espacios de transformación por su poder expresar las cosas desde la verdad de la palabra y la sugestiva fuerza de la imaginación transformadora.
Por eso y por un sin fin de argumentaciones se debe aplaudir un evento cuyo lema es: “¡Ver para creer!”.
Lo cierto, es que cotejaremos por quince días lo disímil del acto creador, visualizaremos como la juventud artística se da la mano con las generaciones que dieron su profundo respaldo de entrega al hecho escénico nacional y porque en tan breve lapso, habrá un hermanamiento del artista local con el creador regional, todos sumados a mostrar que el arte es revolución y la revolución es cambio de valores. Esos valores parten de la voluntad de saber decir con propiedad, con riesgo, con audacia, con capacidad experimental y hasta con sólida sobriedad, los géneros que van del teatro clásico al teatro más comprometido contemporáneo.
Como una sucinta estadísticas de lo que expondrá la vitrina del FTC-2013 diré que estarán más de 153 grupos participantes, se darán más de 100 actividades de teatro infantil, títeres y talleres, conferencias, bautizos de libros, charlas, encuentros, foros y sobre todo, mucha energía emanada desde los cafés que estarán ubicados en un eje medular como será Ciudad Teatro (Plaza Diego Ibarra) donde el solaz, la charla amena, las tertulias acompañadas de una humeante y caliente bebida o un animoso vino, creará ese humano espacio para el antes, el durante y el después del banquete visual y sonoro que ofrecerá este magnífico encuentro del teatro caraqueño.
Habrá siempre alguna objeción, alguna crítica mal intencionada sobre la base que gesta / genera este festival pero, para ello, solo diré: ¿Qué otra gestión política e institucional lo está asumiendo? ¡Si, es un evento de un Alcalde y de dos entes emprendedores como lo representan Fundarte y la Gobernación del Distrito Capital que asumieron sin tapujos el otorgar a Caracas de un sitial referencial en cultura, rescate patrimonial como de humanización que esta patria grande urge! ¡Arriba el telón!
Caracas 16.02.2013
Publicable en: CiudadCaracas
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