jueves, 24 de diciembre de 2015

Los 12 mejores teatros del 2015

La mejor pieza del teatro criollo la escribió y la montó Elio Palencia
Por Edgar Moreno Uribe
@eamorenouribe
@avencrit

Vimos más de 100 espectáculos  a lo largo y ancho de esta temporada teatral 2015, cuyas reseñas fueron publicadas en nuestro blog (http://elespectadorvenezolano.blogspot.com). Aquí recordamos los 12 mejores por sus nobles contenidos, montajes y actuaciones, y además resaltamos el talento dramatúrgico venezolano que se impuso en cantidad y calidad, algo poco frecuente en temporadas anteriores.¿Qué estará pasando?

1 Aura Rivas, Citlalli Godoy y Rafael Gil, bajo la dirección de su autor, el venezolano Elio Palencia, en el teatro Bolívar, crearon convincentemente el aleccionador espectáculo  Aru, amador de las mujeres, inspirado en un hecho acaecido en una modesta población del sur de La India. Su metáfora artística, como se erige una casera empresa para fabricar toallas sanitarias, se transforma en didáctica y tierna saga de amor, preñada de humor, ternura y poesía.

2 Gratísima sorpresa deparó  Las noches  celestiales de la señorita Rasch, en el espacio La Caja de Fósforos. Ácido monólogo existencialista sobre la soledad y la vejez combinadas, resuelto brillantemente por Diana Volpe, gracias a la  creativa dirección de Orlando Arocha, quien trabajó e intervino el texto del alemán Franz Xavier Kroetz.

3 La embajada de España auspició la producción de  La punta del iceberg , del canario Antonio Tabares, dirigida por Javier Vidal  y con creíbles caracterizaciones logradas por Julie Restifo, Juan Carlos Gardié, Gerardo Soto, Gonzalo Velutini y los jóvenes Jan y Josette Vidal-Restifo, para brindarle una entretenida y didáctica reflexión sobre la complejidad de las relaciones laborales  en una empresa y lo que puede ocurrir cuando entran en crisis las relaciones interpersonales de trabajadores y trabajadoras. Una producción de lujo en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural.

4 La venezolana Lupe Gehrenbeck escribió Ni que nos vayamos nos podemos ir, escenificada acertadamente por Oswaldo Maccio y felizmente actuada gracias a Caridad Canelón, Simona Chirinos, Nattalie Cortez y Gladys Seco. Ellas materializan la “diáspora” creciente que afecta a varios sectores de la familia venezolana –especialmente la clase sándwich- de manera inédita. Fue una sorpresa de la Torre del Teatro (Centro Cultural BOD).

5 Aleccionadora pieza  La cocina  del cubanoestadounidense Eduardo Machado, melodrama que transcurre en la mansión habanera de la familia Santana, entre la llegada  de Fidel Castro y el “período especial”. Espectáculo conmovedor, gracias a las performances de Layla Vargas (Gladys, empleada doméstica), Rubén León y Josmary González en comprometidos roles, Ernesto Campos (el ambiguo Julio, perseguido y castigado por su desviada conducta) y Valeria Castillo (Adria y su hija Lourdes), correctamente dirigidos por Rossana Hernández. Una producción de lujo en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural, tras de haberla estrenado en la Caja de Fósforos.

6 Un grupo de jóvenes artistas montó  Yo, Federico, del criollo Jan Thomas Mora Rujano, bien escenificado por Dairo Piñeres y los coreógrafos Angélica Escalona y Carlos Dimas, apuntalados en las destrezas físicas del actor Theylor Plaza. Espectáculo impactante y novedoso para el público que lo aplaudió en la Sala Anna Julia Rojas de Unearte.

7 El venezolano Francisco Denis  rompe reglas del espectáculo y lo demuestra con su montaje Ubúdonde utiliza coordinados movimientos del solido telón de boca y así parcela y muestra aquellas imágenes que se lograrían con tomas de cámaras de filmación, como la aproximación, encuadre y alejamiento. Esto acentúa el efecto visual de las vulgaridades cotidianas del todopoderoso Ubú, una libérrima versión del francés Alfred Jarry. La Sala Rajatabla fue el espacio apropiado para mostrarlo.

8 En esta Tierra de Gracia los malandros siempre han estado de moda y la prueba más reciente la dio, nada menos que la venezolana Sonia Chocrón, con su comedia  Ni un pelo de tontas,  donde un “extraño delincuente” es el gran protagonista.  Y   se le dio vida en escena por la complicidad de los histriones -Marycarmen Sobrino, Michelle Taurel y Robert Chacón- y la paciencia y sapiencia del director Javier Vidal y la productora  Alep Nali.  Una joyita de producción para el teatro Urban Cuplé.

9 Impacta Fotomatón, autopsia nacional en nueve innings,  melodrama del venezolano Gustavo Ott, gracias al actor José Gregorio Martínez, quien le da total vigencia con sus impactantes caracterizaciones y algunos maquillajes al texto original. Su autor  emula un juego de béisbol y plasma en nueve entradas la historia del pelotero Fernando, a través de los distintos personajes que componen su familia. Es una reposición de lujo para la Sala Rajatabla.

10 El criollo Leonardo  Van Schermbeek ganó el Festival  de Jóvenes Directores del Teatro Trasnocho con su espectáculo   La lección, a partir del texto  del rumanofrancés  Eugene Ionesco. El elenco actual lo integraron, muy solventemente: Héctor Castro, Rebeca Perich y Varinia Arráiz, quien cubre la ausencia de  Dayhana Carmona. Muestra de producción perfecta en el Espacio Alterno del Trasnocho Cultural.

11 Desde el 2014,  la venezolana Virginia Aponte  ha escrito, dirigido, producido y exhibido con justo equilibrio estético su drama  Memoria del silencio. Muy bien actuado por  Soraya Siverio y Lucrecia Baldasarre con Carlos Domínguez o Wilfredo García y Unai Amenábar o Agustín García. Resulta vital e importante porque replantea un análisis desde la  razón, la sinrazón y los sentimientos de las existencias de quienes viven o vivieron el proceso revolucionario de Cuba, iniciado el 1 de enero de 1959.Lo vimos en la UCAB y en la sala Cabrujas de Chacao.

12 El criollo Fermín Reyna hizo breve temporada con su obra dramática   Buenos días Noruega, apuntalado en el trabajo de Dimas González, quien funge como  director y actor principal, y con el valiente soporte de María Gabriela Cedeño. Se aplaudió en la sala Maria Teresa Castillo del Ateneo de Caracas.

sábado, 19 de diciembre de 2015

Vejez y soledad a la vuelta de la esquina

Diana Volpe en un papel histórico
Por Edgar Moreno Uribe
@eamorenouribe
@avencrit

Gratísima sorpresa recibimos al ver Las noches  celestiales de la señorita Raschcon lo que La caja de  Fósforos cerró su temporada 2015. Un ácido monólogo existencialista sobre la soledad y la vejez combinadas, resuelto brillantemente  por Diana Volpe, gracias a la  creativa dirección de Orlando Arocha, quien trabajó a partir del texto original de Franz Xavier Kroetz.

Conviene subrayar que durante la temporada 1979  de El Nuevo Grupo, bajo la dirección de Ugo Ulive y con la performance de América Alonso, vimos una lectura escénica de ese texto de Kroetz, pero titulado Corazón solitario, y dentro de un espacio no convencional que simulaba un anfiteatro. No hay puntos de comparación entre esos montajes, concebidos en otros tiempos y espacios, sobre el drama de la vejez y la soledad; nosotros optamos resaltar al actual, particularmente por los matices románticos decadentes del personaje y dentro de lograda atmosfera  hiperrealista, además de la utilización de cuatro actores cantantes, vistos solo por los espectadores voyeristas.

Las noches  celestiales de la señorita Rasch plasma  a una mujer sola en su mínimo apartamento, entregada a labores domésticas básicas, mientras le llega la hora de dormir, quien además teje un tapete para cubrir un sofá, escucha un programa radial con   boleros y consejos para radioescuchas solitarios, además de un programa de televisión sobre la historia de las viviendas humanas. Y todo culmina con el suicidio de la mujer o con la tarea desesperada de ella al consumir somníferos.
Hay, pues, muchas tareas escénicas para disfrutar y soportar la soledad de la señorita Rasch, gracias al montaje, verdadero lujo de producción, que recuerda a la audiencia la soledad, mal existencial de los humanos, para lo cual la única solución, a medias, es la compañía humana o de una mascota… o soportarla hasta que llega el mutis final, a sabiendas que es perjudicial para la salud. No es para deprimidos o preocupados por la soledad.

Y si reflexionamos sobre ancianos  solitarios  que terminan suicidándose o falleciendo antes de tiempo, como lo evoca el estrujante espectáculo de Diana Volpe, conviene recordar esta información de carácter científico:
La soledad puede aumentar 14% el riesgo de muerte prematura en los adultos mayores, según un estudio que postula una base fisiológica para este fenómeno. Los peligros del aislamiento social se conocen desde hace tiempo, pero no se entendía hasta el momento, con exactitud, cuáles eran sus efectos en el cuerpo, señaló una investigación publicada en las Actas de la Academia Nacional de las Ciencias (Pnas).
El equipo de investigadores, dirigidos por el psicólogo de la Universidad de Chicago John Cacioppo, había ya identificado un vínculo entre la soledad y un aumento de actividad de los genes involucrados en las inflamaciones y una disminución de la actividad de otros genes que cumplen un papel crucial en las respuestas antivirales del cuerpo. El resultado es un sistema inmunológico debilitado que vuelve a las personas más vulnerables a la enfermedad. En su última investigación, los científicos analizaron los leucocitos, que son células blancas en la sangre utilizadas por el sistema inmunológico para proteger al cuerpo de virus y bacterias. Hallaron este mismo cambio de expresión genética en los leucocitos de las personas que viven solas y aisladas socialmente.

sábado, 12 de diciembre de 2015

Toallas sanitarias caseras

El trío de comediantes venezolanos encarnando a personajes de la India
Por Edgar Moreno Uribe
@eamorenouribe
@avencrit

Aura Rivas, Citlalli Godoy y Rafael Gil, bajo la dirección del autor Elio Palencia (Maracay, 1963), crearon convincentemente  el aleccionador espectáculo  Aru, amador de las mujeres, inspirado en un hecho acaecido en una modesta población del sur de La India, un país de milenarias culturas, con 1249 millones de habitantes en 3, 3 millones de kilómetros cuadrados, y además tiene un arsenal nuclear.

 Su metáfora artística, a buena hora, se transforma en una didáctica y tierna saga de amor, preñada de humor, ternura y poesía. Un montaje mínimo, descarnado, muestra ejemplar del  necesario teatro pobre, por aquello de la economía de recursos materiales, pero sumamente grato por su contenido y el trabajo actoral ahí materializados.

 Aru -apócope de Arunachalam Murugananthan- por el demasiado amor que tiene y manifiesta hacia Shanti, su esposa, se dedica a materializar un sueño: crear una máquina para fabricar toallas sanitarias, caseramente, a bajo costo y así ayudar  a millones de mujeres para que dejen de usar trapos, barro o ceniza, durante el lapso de sus menstruaciones, ya que solo el 12% de las féminas indias usan compresas, las cuales son costosas e imposibles de adquirí por sus bajos ingresos.

La argumentación de Aru, amador de las mujeres  se fundamenta en un artículo de prensa que el escritor leyó, "como en enero del año pasado", cuenta Palencia. "¡Me pareció tan bonita! Y es bello compartirla con otras personas”. De ahí brotó el cuento teatral, dentro de lineamientos brechtianos, de cómo se creó la única maquina en el mundo para elaborar compresas sanitarias  a bajo costo y mejorar  la calidad de vida de  muchas mujeres. Óptimo trabajo, sin lugar a dudas, que nos recuerda aquello de "inventamos o erramos", muy acordo con las tiempos que vivimos.

No sorprende que Palencia haya plasmado  en el teatro Bolívar una argumentación de tales características “transgresoras de la convencionalidad”, como es el empoderamientos de las damas indias para solucionar  modernamente sus problemas higiénicos; porque él, precisamente, ha escrito  varias piezas esclarecedoras sobre la diversidad sexual, como Penitentes, y especialmente la transexualidad con La  quinta de Dayana, llevada al cine con el actor transexual colombiano Endry Cermeño, bajo el titulo Cheila, una casa p´maíta, dirigida por Eduardo Barberena. Este es un dramaturgo que sí está con el tiempo que le ha correspondido vivir y ha de llegar lejos, si Dios quiere.

jueves, 3 de diciembre de 2015

El SIDA llega a Chacao

El retrovirus del VIH se muestra en la Sala Cabrujas
Por Edgar Moreno Uribe
@eamorenouribe
@avencrit

El arte escénico venezolano no se detiene y una muestra de esto es como la Agrupación Teatral Arte Abstracto y Ambigú Producciones, en alianza con Acción Solidaria, presentan la obra  0+ ¿Ironías?, los días 28 y 29 de noviembre y del 12 al 20 de diciembre, con funciones los sábados a las 7 p.m. y los domingos a las 5 p.m.,  en la Sala Cabrujas de Cultura Chacao, en Los Palos Grandes, y además participó en la conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, el  1 de diciembre.
 
 La reflexión sobre las relaciones entre los jóvenes homosexuales en el siglo XXI, es el punto de partida de esta pieza escrita y dirigida por Youssef Abrache, en la cual se aborda el tema del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) a través de la historia de Daniel y Pedro.
 
SINOPSIS
 
Daniel es un joven homosexual que lidia con la dura realidad de ser seropositivo, sin embargo cumple cautelosamente su tratamiento logrando batallar su vida profesional, social y personal. Pedro por otro lado, es un joven -también homosexual-de rasgos esquizoides, que a pesar de vivir su sexualidad en un estilo de vida promiscuo lleno de irresponsabilidades, temores y fantasías, se mantiene seronegativo. El encuentro de ambos reflexionará las relaciones de los jóvenes homosexuales en el nuevo siglo. 
 
 Los encargados de dar vida a este montaje tan oportuno y tan necesario  son Andrés Vega, René Brito, Lourdes Salazar, María Karina de Gouveia, Raquel de Freitas, Arquímedes González, y Aronix Morales.
 
 ANTECEDENTES
 
La Agrupación Teatral Arte Abstracto  nace en diciembre del  2010 partir de la iniciativa de un valioso grupo de actores, algunos de ellos capacitados en la institución Rajatabla Teatro y otros egresados de diversos talleres de actuación, a cargo de profesionales como Dairo Piñeres (Grupo Teatral Séptimo Piso), Ármando Álvarez (Skena) y Melissa Wolf (Grupo Actoral 80). La propuesta del nombre y la fundación, estuvo a cargo de Youssef Abrache, quien actualmente se desempeña como director. 
 
El objetivo principal de este grupo, es llevar a cabo funciones teatrales originales de autores venezolanos jóvenes que buscan hacer reflexionar a un público sobre temas actuales, profundos y abstractos que sólo pueden nacer de la creatividad emergente. 
 
Uniforme Escolar, escrita por Youssef Abrache, constituye la obra debut del grupo. La misma ha tenido dos temporadas: la primera, en el Banco del libro (Junio 2011) y la segunda en la sala experimental del Celarg (Diciembre 2013) dentro del marco del Festival Crea Joven. La agrupación también ha llevado a escena dos obras del joven venezolano John González Vicent,  Obsesión (2012) y Mi país en mi maleta (2014). 
 
Ambigu Producciones, C.A. tiene por objeto  la realización de actividades publicitarias y de formación académica en todo lo relacionado con la creación, diseño, realización y comercialización de proyectos artísticos y culturales que involucren la producción y desarrollo de todo tipo de actividades, ideas y eventos relacionados con las artes en general; ya sean visuales, audiovisuales, musicales, escénicas, plásticas y graficas; así como también, montaje de eventos, espectáculos, producción, representación de nuevos artistas y representación de empresas nacionales e internacionales residenciadas o no dentro y fuera del país.
Esta productora fue fundada en el año 2014 y hasta la fecha ha producido dos proyectos teatrales: Dinosaurios del argentino Santiago Serrano y Maxxx del venezolano José Vicente Díaz. 
 
FICHA ARTÍSTICA Y TECNICA
Daniel: Andrés Vega.
Pedro: René Brito.
Miranda: Lourdes Salazar / María Karina de Gouveia / Raquel de Freitas.
Luis: Arquímedes González.
Mariano: Aronix Morales
FICHA TÉCNICA
Diseño Gráfico: Lourdes Salazar
Escenografía y utilería: Ambigú Producciones
Fotografías: Lourdes Salazar
Selección Musical: Youssef Abrache.
Vestuario: Arquímedes González
Iluminación: Arquímedes González
Producción General: Ambigú Producciones / Agrupación Teatral Arte Abstracto
Asistencia a Dirección: Arquímedes González
Texto y Dirección: Youssef Abrache

miércoles, 2 de diciembre de 2015

DESDE MÁSCARAS HASTA LAS NOCHES CELESTIALES, HAY BUEN TEATRO DE ARTE



Por Carlos Herrera
@cehs1957
@avencrit

Un título que busca reflejar que, en materia de buen teatro, esta ciudad ofrece alternativas de alta factura para un espectador exigente. Por un lado, se ha estado presentando en el Espacio Experimental del Centro Cultural B.O.D., la propuesta escénica Máscaras, como versión efectuada por el actor Daniel Rodríguez del texto “Payasos” escrito en el año 1974 por el dramaturgo y sociólogo brasileño, Timochenco Wehbi (1943 – 1986). Un trabajo de versionamiento justo y sin ampulosidades sino que, supo concentrarse en lo medular de la interioridad existencial de dos vidas que se exponen como anverso y reverso reflexivo sobre lo que supone es el arte, los vericuetos del alma y la psiquis humana, la desesperanza o apego ante lo que se ama como profesión y ¿por qué no?, hasta de la soledad cuando lo que se anhela no alcanza a satisfacer lo que se ha sonado como realización personal en un mundo que solo parece exigir grandes logros.
   
    Desde este eje de premisas, el actor Daniel Rodríguez es acogido por el Grupo Actoral 80 y allí, concretó una experiencia creadora donde funge no solo trabajó el texto de Wehbi sino que, lo visualizamos como actor y director a fin de urdir un concepto artístico, estético, técnico y escénico capaz de poner al público a pensar. Un trabajo sobrio, sin excesos, cuidadoso en su efectividad lúdica, con humor y al mismo tiempo, capaz de tejer con sagacidad la vida de dos hombres (una, la de un payaso de un circo en decadencia y la otra, la de un comerciante, atosigado por la frustración de no haber sido el artista que sonó ser) cuyas miradas convergen en una dialéctica que dibujan las altas y bajas de la vida – que pueden ir desde el asunto del amor pasando por el temor hasta tocar alguna inflexión sobre la infidelidad-  y de ahí, armar una hipérbole con zahiriente humor y con uno que otro toque de absurdidad sobre lo que significa el papel del arte y la relación creadora del artista cuando se halla al filo de ocaso.

    Un trabajo digno, en el cual Rodríguez se acompañó con los desempeños histriónicos de Omar Pérez y la bailarina, Mónica Rojas. Ya con algunas funciones dadas tanto en el Teatro “César Rengifo” de Petare, ahora lograron compactar un temporada singular en otro espacio y con un público distinto pero que, tanto allá como acá, lo exhibido logró convencer por su sentido de arte, técnica y logro artístico. ¡Una lección de buen teatro!

     En otro lugar, más en específico, La Caja de Fósforos ubicada en la Concha Acústica de Bello Monte, el grupo Teatro del Contrajuego bajo la sobria al tiempo brillante e impecable puesta en escena efectuada por Orlando Arocha, concretó el excelente montaje, Las noches celestiales de la Señorita Rasch un texto del dramaturgo alemán, Franz Xavier Kroetz (1946) el cual, desde una forma monologal se expuso ante nosotros de forma incisiva para desvelar con acento íntimo, elementos que va de la ausencia del amor a una corrosiva nostalgia. 

     Tal y como lo exprese en la redes sociales, una vez que salí de la sala y constatar este soberbio montaje es reafirmar que hallé “un doloroso acento [teatral que] sin palabras pero en el minimalismo” supo explorar “los sinuosos territorios de la soledad. Contando con la impecable composición artística de Diana Volpe, el público se sumerge en una magnética hora y media de teatro puro.

     Teatro sin palabras pero sostenido en una coreografía de acciones que dibujan esa geografía existencial donde lo nimio cotidiano se amplifica de forma contundente”. Una propuesta teatral “que se constituye en uno de los mejores trabajos del 2015. Altamente recomendable. ¡Mi aplauso!