sábado, 30 de enero de 2016

La vida es sueño y los sueños son la vida que vivimos

Sigue la juventud venezolana nutriendo al teatro.
Por Edgar Moreno Uribe
@eamorenouribe
@avencrit

Nuevas generaciones de artistas del teatro y el cine  venezolanos están en proceso de capacitación con sus mejores maestros. Es el caso de Román Chalbaud que enseña dirección cinematográfica en el CNAC, mientras  Diana Volpe y Orlando Arocha revelan los misterios del teatro criollo desde la Caja de Fósforos, al mismo tiempo que Soraya Orta presenta en la sala Rajatabla su versión  de La vida es sueño y transcurre el Festival de Nuevos Directores del Teatro Trasnocho. Mucha gente joven está capacitándose para su futuro que también es del pais.  Y no citamos aquí  más casos, no solo de Caracas sino en todas las regiones, pero lo iremos haciendo.

Mientras tanto invitamos a los lectores/espectadores que se aventuren a la Sala Rajatabla para que descubran y reflexionen porque toda la existencia humana no es más que un engaño, una  apariencia y en tales condiciones los humanos no tenemos verdaderas libertades para elegir o diseñar nuestros destinos, por lo cual debemos luchar  hasta conseguirlos o fenecer en su consecución, como propone Pedro Calderón de la Barca, desde el año 1636, con su pieza La vida es sueño.

Los espectadores serán atrapados por el espectáculo que logra la directora  Orta y su elenco de jóvenes y veteranos miembros del Centro de Investigación Artística Nueva Escena (CIANE), quienes obtienen ejemplar simbiosis de técnicas del teatro convencional y el circo de salón, hibrido que entretiene y recuerda siempre que la vida es ficción y al mismo tiempo es realidad, como le sucede al príncipe Segismundo que vive su juventud  encerrado en una cueva porque su papá no quiere que lo destrone y se transforme en tirano; pero el joven consigue liberarse y viene la venganza, pero al final perdona a su progenitor y colorín colorado.

La directora  Orta sin pretender explicar su trabajo, el cual habla por sí mismo, subraya que es un espectáculo con un texto clásico que es abordado  con una estética muy definida y con toda la metodología de  un teatro de investigación, arriesgado e innovador, hasta lograr convertirse en un montaje transdisciplinario, indudablemente físico y polifacético. Este exige, sin duda alguna, una visión amplia que implica desmembrarse de formas y acudir a lo ingenuo e instintivo, a lo técnico y cabal, donde el actor o intérprete requiere de un amplio dominio de su instrumento, logrando a  través de la técnica, el control de la energía y la vida mecánica de su cuerpo, el agudizar sus estados generando, desde el control psicofísico, unas partituras que se convierten en su propio camino hacia la creación del personaje. Con un abanico de posibilidades perceptivas para el espectador que tanto lo demanda en esta época, invadida por la tecnología y la globalización. 

Luego de una formación intensiva, teórica y física, diaria e integral, éste montaje cierra el ciclo de la primera promoción del Taller Integral de Teatro, el TIT-Ciane .Cuenta con las actuaciones de los alumnos del Taller Integral de Teatro, TIT, Daniela (Nani) Serrano, Francis Ascanio, Maddy Hernández, Daniela Sánchez, Badyr Paracuto, Yorman Zerpa, Jesús Blanco, Luis Beltrán, Wallesky Valenzuela, y como actores invitados Jota Leall y Luigi Lobig (CIANE). El diseño de vestuario está a cargo de Rufino Dorta, la producción general, dirección técnica y diseño de iluminación es responsabilidad de Peggy Bruzual y la versión y dirección general Soraya Orta.

 ¿Que saldrá de esa asombrosa eclosión en las artes escénicas? ¿Podrán todos continuar sus proyectos? No podemos responder a tales interrogantes. Sí están en condiciones de  lucirse en cualquier escenario o buscar otros horizontes; tienen talento y no se amilanan ante los obstáculos. ¡Todos son como Segismundo!

jueves, 28 de enero de 2016

LA VIDA A VECES ES UN SUEÑO DIFÍCIL DE ACEPTAR

Por Carlos Herrera.
@cehs1957
@avencrit

Si bien este arranque de año 2016 está siendo marcado por las reposiciones teatrales de lo que fueron marcados éxitos escénicos de la pasada temporada – tanto para lo referido a producciones de arte como de tono comercial digestivo- la cartelera ya muestra alguna que otra opción para el público espectador que desee dilatar sus pupilas con propuestas de interés. 

En tal sentido, una versión que partió de la investigación del texto teatral La vida es sueño, de uno de los máximos exponentes del Siglo de Oro español, Don Pedro Calderón de La Barca. Se ha venido exponiendo en los espacios de la Sala Rajatabla por el tercer Taller Integral de Teatro (TIT) del grupo Centro de Investigación Artística Nueva Escena (CIANE). Colectivo nacional que ya tiene más de diez años ininterrumpidos en la escena nacional e internacional y que, ha expresado con claridad que sus búsquedas han estado ancladas dentro del trabajo creador e investigativo.

CIANE con este taller montaje de La vida es sueño, logró una vez más, concretar ante la mirada del público que su sello de riesgo no descansa. El todo de sus indagaciones conceptuales se centraron en decodificar y armar un espectáculo cercano a una hora cuarenta minutos donde lo primero que destaca, es su osadía frente al terreno formal del clásico. 

Para ello, es que CIANE y su joven staff actoral centró lo que ha sido su directriz esencial que los ha caracterizado por más de una década ininterrumpida de trabajo: aplicar hasta donde fuese posible, las nuevas tendencias que el teatro físico como técnicas del teatro de la altura demanda. 

El fruto ha sido detallar que aunque sean jóvenes artistas quienes irrumpen en la escena por medio de este taller, ese tipo de codificación CIANE estuviese presente. Quizás al purista del teatro de texto clásico español esta clase de indagación sea un exabrupto pero creo que sin riesgo para estar en este siglo XXI, el clásico formal con sus parámetros ortodoxos de métrica del verso y las formas caracterizadoras de una época pretérita, pues no haga ese necesario puente de mensaje entre el ayer y el hoy. He allí donde el TIT logró sintetizar su esfuerzo: el concepto de libertad. 

Para sustanciar ello, esta versión y puesta en escena dadas por Soraya Orta y con excelente soporte de producción general y dirección técnica de Peggy Bruzual la estética y la destreza, la habilidad y la eficacia física de sus histriones en una exploración que hace que veamos que los textos más connotados de cualquier época son susceptibles de ser asumidos sin temor.

Propuesta sostenida por Daniela Serrano, Francis Ascanio, Maddy Hernández,Daniela Sánchez, Badyr Paracuto, Yorman Zerpa, Jesús Blanco, Luis Beltrán,Wallesky Valenzuela junto con Jota Leall y Luigi Lobig como actores invitados. El trabajo de vestuario de Rufino Dorta y la iluminación de Peggy Bruzual, terminan de armar lo que yo pienso que todo espectáculo teatral debe ostentar: un sello de intrepidez.