domingo, 31 de agosto de 2014

Hija de gato o tragicomedia de papá transfuga

La realidad de las familias venezolanas se hace teatro breve.

Por Edgar Moreno Uribe
@eamorenouribe
@avencrit

Alejandra Machado Montañés debutó como dramaturga  con  Hija  de gato, breve texto para actriz y actor, puesto en escena y producido, respectivamente, por Elba Escobar y Mimí Lazo, íntimas amigas de su mamá Mónica Montañés Chalbaud. El cual se presenta en la sala teatral Urban Cuplé del CCCT: sábados a las 6 pm y domingos a las 5 pm
Ahí, la veinteañera Malena cita a Paúl, apodado “Gato”, su progenitor a un bar para decirle un par de cosas que él  nunca se esperaba. La muchacha le arma una discusión ante la vista del público, quien mudo es testigo de un conflicto que poco a poco se revela: es el ácido encuentro entre un padre eventual y una hija que le reclama sus reiteradas ausencias, ese abandono del hogar que nunca será explicado ni aceptado jamás por ella.
“El gato”, con más allá de 40 años, es hábil en la mentira machista  y manipula sus conflictos para utilizar ese breve y fugaz reencuentro para convencerla  de que la necesita porque ella, que es cantante,  podrá acompañarlo con su voz en la grabación de un disco, con el cual es posible que salgan desde abajo de la pirámide donde se encuentran y logren ser estrellas durante no se sabe  cuántos minutos.

Paul y Malena hacen las paces y deciden ensayar las canciones que serán los pasaportes hacia ese futuro siempre soñado .Y dejan al público conmovido por el reencuentro, a sabiendas que no durará mucho tiempo, porque tanto él como ella van con ritmos  diferentes y por calles no paralelas hacia sus destinos en una sociedad donde todo se vale y la mentira es la moneda de cambio, aunque ella se conserva más pura, no se sabe por cuantas lunas.

Con lenguaje suave y sin rebuscamientos, en Hija de gato se ponderan las difíciles  y complejas relaciones  de los hijos con padres separados o divorciados  y se aprecian las heridas sin sangre que dejan las ausencias, los silencios y las sombras sospechosas del no-amor entre una hembra y un varón que traen hijos al mundo sin pensarlo dos veces. 
Es, pues, Hija de gato otra desgarradora comedia agridulce, la cual recuerda como los hogares sin la presencia paterna sobrepasan el 67% de una sociedad  tercermundista, como la venezolana; donde las mujeres no pueden soñar con una mañana sólido y acompañadas, mientras  los varones siempre  andarán a la caza de la hembra o la supuesta compañía ideal,  aunque en el camino dejen hijos; mientras que en la televisión las parejas felices se muestran a borbotones. ¡Hay, por supuesto, excepciones, lamentablemente en bajos porcentajes, como lo subrayan las  crueles estadísticas sociológicas!

Malena es encarnada por Alejandra -quien ya ha demostrado talento histriónico en varias telenovelas- mientras que el tragicómico Paul  es nada menos que el veterano comediante Rafael Romero. Una pareja que demuestran verdad escenica y hacen así que la pieza  sea más patética.

De Malena sabemos que seguirá  peleando por sus derechos, que son los mismos de tod@s l@s hij@s en esa situación,  mientras que Alejandra Machado Montañés también continuará escribiendo teatro -estudia en la Escuela de Artes de la UCV y es alumna de la dramaturga Xiomara Moreno- y actuando, bien asesorada además por sus ángeles protectores,con su mamá a la cabeza.

sábado, 30 de agosto de 2014

Seres sin salida

Jean Carlos Rodriguez  y Ángel Pájaro
Por Carlos Herrera
@cehs1957
@avencrit
    
Dentro de los distintos montajes que se estrenan, hacen breves temporadas y luego buscan tener continuidad a través de girar en otras salas, tuve la particular experiencia de ver la escenificación de la obra Dos perdidos en una noche sucia (1967) del dramaturgo brasileño, Plinio Marcos (Sao Paolo, 1935).
  
Contando con una aceptable versión efectuada por Ciro Acevedo, el grupo Teveteatro de Venezuela bajo la dirección (del ex actor del grupo Rajatabla - y ahora, director) Luis Malavé, retorno ante el público de la Gran Caracas, en el acogedor espacio del laboratorio Teatral “Anna Julia Rojas” con un propósito claro: hacer teatro para reflexionar.
    
Propuesta apegada al espíritu temático de su autor; trama y situaciones que exponen al espectador el submundo de la marginalidad y dentro de este abyecto de los seres sin  noche como al hurgar de la violencia. Un teatro imbuido de la desesperanza, situaciones dramáticas que envuelven a sus personajes en las cunetas de la vida y allí ven como se fracturan cualquier quimera  de redención; son seres sin salida, sin oportunidad, sin posibilidades de redimirse sea porque han abandonado todo intento por romper con las ominosas cadenas que los subyugan o peor, aun, absorbidos por la pesadilla cotidiana del sobrevivir tras la cual, cualquier ápice de redención queda fracturado por los resortes que la sociedad impone a los que visualiza como perdedores.
    
Desconozco el por qué Malavé decide asumir esta pieza de Marcos; una posibilidad sea que tras su trama, percibe que está vigente en lo que es la gran trituradora humana que es las urbes con sus centros de miseria, porque así como hay triunfadores en la vida, también hay perdedores y ambos tienden a conformar las dos caras visibles de una moneda  del marco socio económico que engulle a quien no puede o no deja en el caso de sus dos personajes protagónicos como lo son Paco y Toño, los hilos más débiles del tramado existencial urbano. También, pienso que Malavé apostó a generar una producción de pequeño formato, capaz de estar en cualquier ámbito teatral y potenciar a través de la fuerza compositiva de dos buenos actores como lo representan Jean Carlos Rodríguez y Ángel Pájaro, dieron efectiva densidad de fondo no solo a las situaciones que a estos frustrados personajes, sino a sus equívocos que los atrapa; cada actuación en lo singular como en su forma de conjunto histriónico se complementan porque debían encarar de forma contundente y orgánica que la oportunidad de la sobrevivencia tiene reglas, ostenta formas y mantiene premisas que, para quienes están en el lado oscuro de la no redención humana, quizás su única tabla salvadora.
   
Sea cual fuere la decisión tomada por Malavé, el propósito artístico escénico quedó claro ante la percepción del espectador y que entró en concordancia con lo señalado en las líneas del programa de mano: “discutir hasta las últimas consecuencias los problemas de los hombres”. Por ende, sin apelar a exageraciones en componer un ambiente abigarrado sino con el mínimo de recursos para que sea el trabajo del actor y la potencia del texto lo que llegue a quien está en la sala, la búsqueda grupal tiene su acierto en la medida que esta clase de obras esté en comunión de recepción con algo que vaya más allá de los artificios de la vacuidad.
   
Dos perdidos en una noche sucia, es un texto y una propuesta escénica que pueda que guste o no, pueda que sea parte de una búsqueda colectiva para decir estamos acá y estas son nuestras condiciones de producción pero, hay algo cierto: son un grupo que tiene autenticidad y no se van por los caminos fáciles. Dos actores y un director que aunados en un compromiso artístico, tratan de generar otra dimensión dialógica con el público de nuestras urbes. El reto será que esta clase de premisa se mantenga en tiempo y espacio.

domingo, 24 de agosto de 2014

VACACIONES Y TEATRO INFANTIL


Por Carlos Herrera
@cehs1957
@avencrit

Tradicionalmente, agosto y parte de septiembre es el lapso vacacional. Son 45 días para que nuestros niños, niñas y adolescentes entren en el anhelado receso. Las opciones para cubrir ese tiempo supone para los padres optar por distintas alternativas: de campamentos, salidas al interior, cursos breves e, incluso, llevarles al cine como al teatro. Es época cuando se detalla como la oferta en producciones teatrales para este segmento de público se duplica o triplica en los teatros de la capital. Entes culturales públicos y privados han entrado en contacto con grupos, artistas y creadores dedicados o no a producir espectáculos o talleres pero todo dispuesto a ser expuesto como una programación que esté en consonancia con las expectativas de una potencial población infantil que pueda acceder a estas opciones que o son altamente onerosas y en algunos casos, con la posibilidad de tener precios accesibles.

Pero, ¡Ojo, cantidad, no es calidad! Incluso, lo que uno supone sean grupos y compañías dedicadas a estos menesteres, no suelen ser lo que uno espera que sea. ¡Hay muchos de gato vestido de liebre! Existe un grupo de artistas que hacen teatro a lo largo del año pero que, solo hacen teatro para niños solo en esta época. Su interés está en otros terrenos y su acción se orienta en otros géneros escénicos pero ven como este lapso se constituye en la época de la oportunidad para darle fluidez de caja a sus menguadas arcas: El teatro para niños se convierte entonces en una economía subsidiaria y se produce sin compromiso solo el que queda solapado por subsistencia.

Lo cierto es que, parte significativa de las propuestas que se pueden constatar en el periodo vacacional deja mucho que desear en cuanto a promover que obras y temas inteligentes; las tramas y los personajes son anodinos y lo argumental, trivial. La influencia mediática gana más relevancia solo para asegurar el interés del segmento infantil; se arman propuestas que, con un cierto manejo de contenido apenas roza la superficie de lo que merecería ser trabajado con eficacia teatral didáctica, con un fin lúdico educativo o con un fin de grato esparcimiento.

En una revisión de más de 25 propuestas visibles en este lapso, el teatro vacacional al cual nuestros niños (as) y adolecentes acceden a ver y disfrutar se arma solo bajo el efecto de la evasión momentánea. La culpa es tanto de quien produce como de quien planifica en estos periodos. Debe desde mi opinión ser más incisivo en que todo espectáculo, trabajo escénico o actividad formativa debe tener rigor, calidad, proyección de valores y sano contenido. Incluso, buena parte de esta oferta adolece de de solvencia técnica y fuerza estética así como de más exigencia en la base de los talentos. La escena parece crecer en número en cuanto a lo que se oferta pero la gran mayoría roza hacia comportarse como rellenos edulcorados con escenografías y vestuarios mal preparados, las rutinas coreográficas muy manidas, se satura al chico con efectos lumínicos y musicales pero la base, preparación artística de los actores y el trabajo del director, deja mucho que desear. Claro, están sus excepciones que expresan lo opuesto porque son colectivos preocupados por el arte teatral para niños y que trabajan a lo largo del año en este terreno siempre invirtiendo dinero, talento y creatividad; ellos buscan no ofrecer el engaño disfrazado de facilismo y menos, buscan la explotación de la ingenuidad del público que desea ver un trabajo teatral digno como eficaz. Si se instaura el circulo del consumo de la facilidad y la mediocridad en los entes que programan como en los grupos que producen teatro infantil, el público será engañado finalmente ¿Es eso lo que se desea?

Vacaciones y teatro para niños resulta un momento que grupos e instituciones culturales asuman más el compromiso y menos el oportunismo. Nuestros niños y niñas no tienen porque asistir a espectáculos y divertimentos vacuos, carentes de autentica formación de valores y que, solo ven en ellos cifras cuantificables o dinero fácil. El nuevo ciudadano, en especial, el niño o niña del s. XXI en este país, merece ser respetado con una oferta escénica digna, que su tiempo para solazarse sea de provecho y no se le mienta con programación chatarra.

Y si hablo de constar una dinámica escénica en este lapso de cerca de 25 producciones teatrales para niños y niñas, hay que especificar que, para adolescentes el porcentaje es casi ínfimo. El espectro de lo que se detalla sea bien en el centro oeste o en la zona este nos hace caer en cuenta que los grupos y compañías con músculo creador y capacidad de riesgo por decir cosas desde las tablas son, como lo exprese, contado; hay cualquier cantidad de colectivos emergentes, noveles o en el peor de los casos, grupos “fantasmas” que por haberse constituido solo con miras comerciales, hacen un trabajo en nada formal, mue esquematizado, superfluo en el tratamiento temático, indolentes en cuanto esforzarse en los aspectos de una producción atractiva, con la conformación de plantillas actores que dejan mucho que desear y peor, que solo ven el filón del dinero como su premisa.

Teatro infantil y vacaciones o viceversa, implicaría que los productores / planificadores de entes culturales sean de la rama pública o del entorno privado puedan con tiempo discutir con el ofertante (el grupo, el productor del colectivo, el director o hasta el dramaturgo productor de ser el caso) en que haya sentido de saber que lo que se ofertará redundará en un aspecto positivo fuera del lapso vacacional debido a que, si es calidad lo que se piensa, pues, la continuidad de la programación favorece a unos y a otros y por ende, al público, ese espectador que deberá escoger entre tanta cosa burda, un auténtico trabajo escénico. Dignidad y calidad en contra del oportunismo para acceder a una economía de lapso. El tiempo vacacional es un espacio donde grupos, dramaturgos, diseñadores, realizadores y actores deben estar más conscientes que su trabajo se observa con mayor fuerza. Los programadores y planificadores culturales deben también sumarse en una cruzada a optimizar lo que ofertan en las marquesinas de teatros y salas.

Bueno, apenas es uno de las decenas de ángulos que, lo propio del teatro para niños puede generar como lugar para la discusión, el debate y el hacer de un mejor teatro para todos. ¡No al teatro chatarra y más cuando este está pensado para nuestros niños y niñas!

En el Principal hay un purgatorio con aroma a café.

De izq.a der. Claudia Nieto/Laura Meza/Verónica Arellano. Fondo Jennifer Morales

Por Bruno Mateo
@bruno_mateo
@avencrit


Desde que la gestión de la Alcaldía Libertador, a través de Fundarte y otros Entes, se abocara a la recuperación, no sólo física de las edificaciones teatrales  del  centro de Caracas, sino a la parte cultural de los mismos, los teatros como el Principal ubicado en plena Plaza Bolívar vienen presentando obras de distintos dramaturgos y elencos; esta vez y hasta el 30 de agosto de 2014 se encuentra PURGATORIO PRIVADO CON AROMA A CAFÉ del venezolano José Luis León, miembro de esa saga familiar de los León que tanto han aportado al teatro nacional, con las actuaciones de Laura Meza, Claudia Nieto, Jénnifer Morales y Verónica Arellano; el diseño de iluminación es de Gerónimo Reyes.

Es una comedia divertidísima cundida de peripecias con el absurdo como estilo estético. Es la historia de tres viejas que se proponen hacer algo que las saque de ese anonimato en que la vejez las ha puesto. El desarrollo de la trama es como un trago dulce que te deja un sabor amargo en la boca. La  estructura dramática del texto hace un quiebre en el devenir de los acontecimientos lo que detona una situación disparatada con un delicioso toque naif en lo escritural; es decir, la resolución de la escena es tan ingenua que provoca hilaridad en el espectador. Me refiero a la escena del robo. Es una puesta en escena funcional y práctica que se basa en la chispa y veteranía de las interpretaciones de las actrices quienes deliciosamente van envolviendo al público.

Las tres actrices  delinean las características de cada personaje: la líder (Laura Meza), la sumisa (Claudia Nieto) y la “echada pa´lante” (Verónica Arellano). Tres caracteres que se complementan para darnos un crisol variopinto de personalidades que modulan la dinámica del drama complementado con el personaje andrógino de la vigilante (Jénnifer Morales). Las interpretaciones lograron calar en el gusto del público ya sea por su versatilidad en escena o ya sea por el encanto personal de las actrices. De mi parte, reciban mis felicitaciones.

PURGATORIO PRIVADO CON AROMA A CAFÉ es un montaje con el sello del humor venezolano en donde la picardía de los personajes nos hace reír a pesar del tema espantoso de la soledad no buscada y del abandono en la vejez.

23 teatros en 1/4 en el Urban Cuplé

Nacarid  Escalona revela los secretos de los anos humanos
Por Edgar Moreno Uribe
@eamorenouribe
@avencrit

Hemos disfrutado de una espectacular degustación de teatro breve o microteatro organizada por la empresa Urban Cuplé  y con la entusiasta participación de 23 agrupaciones en igual número de minisalas, las cuales estarán en escena con sus peculiares montajes hasta el 21 de septiembre.

 Acudimos  a la segunda entrega del Teatro ¼ o Microteatro Venezuela, cuyo fin último es mostrar un amplio abanico de propuestas estéticas y darle una valiosa oportunidad a los teatreros para que revelen sus creaciones, precisamente ante la ausencia de espacios que exige una programación planificada y pensada en función de más y nuevos espectadores.
Fuimos, pues, durante  cuatro noches seguidas para ponderar la globalidad de los espectáculos ahí programados. No era difícil asumir como lo que presenciábamos era un teatro reducido a 15 minutos de representación y  creado en función de un espacio mínimo y para no más de 30 espectadores.
 
 La calidad de los montajes y la entrega de sus comediantes,  nos convenció de que se trataba de un experimento serio o una búsqueda de nuevos lenguajes  y propuestas capaces de atrapar al público y llevarlo deambulando de sala en sala durante cada jornada y dejarle así una serie de interrogantes plasmados de manera lúdica.
 
Esta segunda muestra de microteatro 1/4, que se adelanta en los espacios del cerrado Bingo Seven Star, en el CCCT, puede superar todas las expectativas, según los organizadores  Robert Chacón, Malala Dubuc y Dairo Piñeres. Son   más de 70 actores que se presentarán seis veces por cada noche con obras de un cuarto de hora cada una, durante seis semanas, de miércoles a domingos. Un gran total de 3.960 funciones se realizarán en esta gran feria teatral, sinónimo de encuentro, de sano entretenimiento, de cultura, de diversión. ¡Marcará la historia cultural!
 
Destacados
 
De los 23 montajes vistos destacamos: el unipersonal La culomántica del dramaturgo José Simón Escalona, con la memorable actuación de Nacarid Escalona, está en la Sala 1. Texto farsesco, trasgresor, preñado de buenas intenciones, que impacta y divierte por la jocosa “lectura” de tan fundamental orificio con esfínteres del cuerpo humano. El espectáculo ha contado con vari@s espontáne@s que participan y piden que sus anos sean “leídos” por la culomántica actriz, quien satisface  peticiones y regocija así a la audiencia. En la sala 4 aflora el absurdo y el realismo criollo de En el mar la vida es más sabrosa, sainete bien escrito y dirigido por Gladys Prince, con la impactante actuación de Simona Chirinos, acompañada por Eudimar Ferreira. El drama  Vías cruzadas  de Indira Páez, dirigido por Dairo Piñeres y las caracterizaciones de Dayra Lambis y Luis Vicente González, estremece la sala 5.  Baño sin rebaño, comedia en versión libre de Marianella Alonzo, con las actuaciones alternadas de Maribel Zambrano (la más patética), Vanessa Senior, o Vanessa Pérez, dirigida atinadamente por Manuel Bastos; todo sucede en un baño, transformado en la sala 6, y  enseña que lo sucede en esos lugares con las damas.  Corazón delator  de Edgar Allan Poe, impactante drama versionado y conducido por César Sierra, en la sala 8, con caracterizaciones alternadas de Gabriel Agüero y Juan Bautista. Destacamos a José Luis Useche, quien dirige y actúa su original y delicioso sainete contemporáneo  Un café para los 2, en la sala 9, con la reposada actuación de Juliet Lima. Diana Volpe dirige en la sala 10 la divertida farsa de Fernando Azpúrua: 15 Segundos, cuyos personajes ensayan para filmar una película pornográfica, con interpretaciones, alternadas, de Rossana Hernández, Darwin Barroeta, Paul Gámez y Lismar Hernández. En  la sala 11 destaca  Escena de un crimen, farsa bien escrita y precisa dirección de Carlos Castillo y Carlos Díaz, con la compleja caracterización de Andreina Mesa. La comedia Madame Pythie de Oswaldo Maccio, saga de realismo mágico, con dirección de Gabriel Agüero  y el brillante duelo actoral de Daifra Blanco y Elvis Chaveintte, en la sala 12. Ricardo Nortier escribe, dirige y actúa su sainete absurdo y costumbrista ¿Todo bien? , acompañado de Orlando Paredes, en la sala 14.  Feroz  está en la sala 17; farsa escrita por Fernando Martínez sobre el cuento desacralizado de  Caperucita y el lobo feroz, dirigida por Marisol Martínez y Arnaldo Maal. Juan José Martín participa con el absurdo Sutro  de Ana Melo,  en la sala 18.  Marialejandra Martín dirige en la sala 19 la comedia  Psicopatía Jaula  de Julie De Grandy, con las actuaciones de Beatriz Vázquez y Paula Woyzechowsky. En la sala 21 destaca el melodrama  Una tarde en Saint Tropez  de César Sierra, reflexión sobre la vejez de una arruinada pareja de gays; dirige Oswaldo Estrada Rondón y tiene las conmovedoras actuaciones de Gonzalo Cubero y Elio Pietrini. Consuelo Trum dirige  La audición, deliciosa comedia de Indira Páez.
 
Microteatro
 
El teatro breve o microteatro no es invento del siglo XXI. Se han mostrado muchísimas obras mínimas en épocas anteriores, lo que sucede es que el teatro se comercializó de tal manera con su exhibición, a lo largo de los dos últimos siglos, en espacios monumentales, dejando de lado todo lo que fuese breve  para justificar así el cobro de los boletos  para ver una comedia de dos horas como mínimo  y obtener por supuesto un lucro para ser repartido  entre empresarios o dueños de los espacios  y los artistas. Con la llegada de la crisis financiera en Europa, la de este siglo XXI, los  españoles buscaron espacios más reducidos o menos costosos. Fue así, como en Madrid, durante la temporada 2009, en un burdel abandonado, se instaló el primero, para mostrar  obras minúsculas. Reseña la prensa madrileña que “los sórdidos espacios que antes ensayaran la estridente declamación de los gemidos propiciaban ahora un novedoso formato escénico: el limítrofe teatro de mínimos: una obra muy corta y buscadora tenaz del clímax, la indecorosa confinidad como único hábitat, y todo hecho 'por dinero', ya que una de las premisas de este proyecto ha sido la del autoempleo. Un hijo teatral de la crisis que ha encontrado nuevos caminos de crecimiento…El público lo recibió como algo fresco, un revulsivo, ¿un orgasmo?, capaz de atraer a los que huyen de la pompa de los rituales escénicos más ortodoxos. A esa pequeña escena la llamaron microteatro”. Un método que han exportado a Buenos Aires, Bogotá y Miami, y que tienen pensado expandir a Berlín y Barcelona. Aquí en Caracas, José Simón Escalona hizo varias muestras de microteatro en la sala Alberto de Paz, antes del año 2006. ¡No hay nada nuevo bajo el sol!













lunes, 18 de agosto de 2014

La “Buena gente” de La Caja de fósforos.

Foto Alexandra Blanco. Cortesía de El Nacional

Por Bruno Mateo
@bruno_mateo
@avencrit

 

Cuando se escucha hablar de la cultura estadounidense, por lo general,  nos remitimos a un espacio regido, exclusivamente, al consumismo desmedido por el  Capitalismo y a objetos culturales ligados a la tecnología alejada de una conciencia social, pero hay otra realidad, poco divulgada entre el común del colectivo, la cual está consciente de la problemática que implica la misma existencia humana; una buena oportunidad de descubrir esa otra faceta de la cultura del país del Norte de América  es acercarse a La Caja de fósforos en  Bello Monte en donde se propusieron  realizar el Festival de teatro contemporáneo estadunidense desde el 12 de julio al 12 de octubre de 2014 con un total de ocho espectáculos y tres conversatorios, entre sus montajes se encuentra Buena gente (15 de agosto-14 de septiembre) de David Lindsay-Abaire autor del drama Conejo Hole, lo que le valió el Premio Pulitzer en 2007, dirigido por Diana Volpe con las actuaciones de Carolina Leandro (Margaret), Jonathan Mora (Stevie), Eulalia Siso (Jean), Haydée Faverola (Dottie); Carlos Abbatemarco (Mike) y Rosalía Blanco (Kate); diseño escenográfico de Rafael Sequera ; iluminación de  Gerónimo Reyes y diseño de vestuario Raquel Ríos.

Un texto mordaz muy bien estructurado que nos conduce a la radiografía de unos personajes que dentro de su escala de valores poseen una moral regida por la satisfacción de  sus interés personales edulcorados con una pátina de “buena gente”. Diálogos ágiles, precisos que van deshojando las capas del drama hasta llegar al corazón del drama. Es una historia marcada por el destino materialista del ser humano.

En cuanto a la puesta en escena; se puede decir que Volpe supo resolver en el espacio reducido de la sala toda la dinámica de la obra; al principio, lo churrigueresco de la escenografía, una marca distintiva en el estilo de Sequera, choca en la visión panorámica del lugar, sin embargo, nos percatamos, durante el desarrollo del montaje, que los elementos escenográficos son funcionales. No hubo exceso de traslados de personajes, más bien es un montaje basado en lo textual cuya acción lo da, precisamente, la palabra.

Las interpretaciones de los personajes fue acertada, pienso que desde el mismo momento del “casting” de los actores, el cual encaja con la construcción ficcional del personaje; debo hacer una mención especial a la actriz Eulalia Siso quien atrapa al espectador desde el  mismo momento de su aparición; es un personaje brillante dentro de aquella comedia sarcástica de aquellos seres; la modulación de la voz nos permite acompasarnos con los distintos tonos de la dinámica dialógica.  
Buena gente, es un montaje de esos que te hacen reconciliar con el teatro y que te permite ampliar tus horizontes imaginarios

APOSTILLA SOBRE TEATRO CLÁSICO

Por Carlos Herrera
@cehs1957
@avencrit
   
Algo me está preocupando sobre el comportamiento de lo que se oferta como en la cartelera teatral local sostenido a partir del empleo del llamado  teatro clásico. Desde que he seguido el quehacer teatral he visto como grupos y directores han asumido la escenificación del texto clásico con tino y hasta con desatinos. La acción de concepción, producción y trabajo artístico estético me ha expresado que los responsables de la selección de un texto de otra época sea cual fuese su género supone siempre, un riesgo y una aventura. He ahí que, para escoger un texto “x” o “y” se tiene un dilatado espectro de piezas que van del teatro grecolatino, pasando por los grandes nombres como Moliere, Lope o Goldoni por solo mencionar algunos; sus tramas, sus temas, el tratamiento de sus argumentos y personajes siempre serán tentadores si se desea hacerlos vigentes al tiempo de hoy. Por eso el texto clásico es universal y puede, más allá de su época y al grupo social al cual suscrito, seguir siendo potentes vehículos para la moderna escena.
   
Para muchos teatristas trabajar el texto clásico es cuestión de un profundo respeto al texto clásico o de atreverse a trabajarlo asumir desde esa posibilidad de hacerlos actual; la tarea de fondo es ver si la escogencia y su hacer malabares de poner un cuadrado en un rombo.   
    
Incluso, textos producidos en lo que fue el pasado siglo (teatro contemporáneo) se le colocan el marbete de clásicos de tal o cual producción dramatúrgica en nuestros países; para muestra, un botón; el teatro de César Rengifo. De Chejov a Lorca, de Beckett a Brecht el texto “clásico” contemporáneo servirá de fuente donde un director pueda acogerse a expresar alguna búsqueda o sencillamente, permutar un grado experimental para derivar inflexiones que puedan estar en consonancia al horizonte de expectativa del tal o cual público.
   
Pero retomo nuestro aquí y ahora de lo que entiendo en la producción – circulación y consumo del teatro clásico. Sin entrar en muchos detalles, en estos días de agosto veo por ejemplo, que hay dos específicas propuestas sostenidas sobre el teatro clásico antiguo: por un lado, la versión y escenificación hecha por Javier Moreno para la obra Otelo de William Shakespeare. Aun no la he podido constatar pero he recibido elogios laudatorios para las dos situaciones, es decir, el trabajo de versionamiento,  puesta en escena y con lo que se me ha asegurado son excelentes actuaciones de un staff actoral bien plantado. Creo que ello es lo que asegura la captación del interés del público además de tratar de responder que se hace en materia del clásico. La veremos y generaré una opinión más adelante.
   
Por otro lado, detalle el montaje, La verdad sospechosa de Juan Ruiz de Alarcón con puesta de Costa Palamides para el Laboratorio Teatral “Anna Julia Rojas” en el Teatro Municipal. Propuesta que me dejó un marcado sin sabor porque es una pieza que mereció tener un trabajo más riguroso; no basta aferrarse al género de comedia desde el cual el autor toca aspectos sobre los vicios derivados de la mentira y lo nefasto del arribismo, lo que me dejó perplejo fue como fue trabajada esta obra con tanta libertad y que haya quedado expuesta de una forma tan exterior.

   
Seré respetuoso ante este trabajo como una respuesta de trabajo creativo y artístico pero, sencillamente lo visto se exacerbó hacia el lindero de ese toque lúdico al apelar un empleo anacrónico de época y contextos sociales latinoamericanos. Lo que quizás se esperaba aparte del trabajo de Costa era verificar un trabajo actoral firme y una preceptiva conceptual más cerrada. La plantilla histriónica no conjugó una labor compositiva asible y faltó la efectividad de presencia, manejo de voz y fraseo. No soy quien para decirlo pero sugiero revisar este espectáculo y evitar hacerle un flaco favor al texto clásico. Retomo la vieja pregunta planteada por un reconocido crítico e investigador cuando se pregunto hacia 1983: “¿Qué podemos hacer nosotros los venezolanos con los clásicos?” Pregunta vigente y que debe ser respondida por cada director al momento de tratar de darle un sentido de validación con el trabajo creador para el texto clásico. 

domingo, 17 de agosto de 2014

Dinosaurios con show radial

Un gran montaje de Orlando Arocha
Por Edgar Moreno Uribe
@eamorenouribe
@avencrit

Van dos desopilantes espectáculos y quedan seis montajes más para ser vistos, los cuales están en plena etapa de producción. Es lo que podemos subrayar  y exaltar, por ahora,  del  Primer Festival de Teatro Contemporáneo de Estadounidense, que se estará realizando en las salas La caja de fósforos y El dedal, ubicadas en el backstage de la Concha Acústica de Bello Monte, hasta el próximo 12 de octubre.
 
Abrió esta ilustrativa temporada cultural, auspiciada toda  por la Embajada de United States of America, con las piezas  Pterodáctilos  y  Talk Radio, de Nick Silver (Filadelfia, 1964) y Eric Bogosian (Wobur, 1953). Puestas en escena por Orlando Arocha y Elvis Chaveinte, respectivamente y con la participación de unas 80 personas, entre comediantes, directores, técnicos y diseñadores. Se  pretende institucionalizar así un nuevo espacio para la produccion escenica auténticamente artística, precisamente en estos tiempos difíciles para el teatro venezolano. Y la paradoja es que se hace con textos de norteamericanos, quienes desnudan descarada y descarnadamente a su  sociedad.
 
LA FAMILIA
 
El teatro estadounidense, poderosamente influenciado por autores ingleses y con  las características propias  de  una sociedad  con leyes y normas ceñidas  a los preceptos calvinistas, ha estado orientado  a enfatizar las relaciones del hombre con Dios, la moral y mostrar moderadamente -edulcoradas, dicen algunos- todos los conflictos del individuo exacerbados ante un sistema de explotación capitalista. Sufre una profunda transformación después de la Segunda Guerra Mundial,  como lo demuestran, entre otros, los autores  Arthur Miller, Tennesse Williams, Edward Albee y especialmente Eugene O’Neill, “los padres”  de un teatro auténticamente revolucionario por sus temáticas y sus “descubrimientos” de las minorías (negros, gays y latinos), el cual ha sufrido mucho más cambios desde los años 60, estimulado por los guionistas del cine exitoso y por el lucrativo negocio del  circuito   comercial  de Broadway y sus “hijos bastardos” (el Off y el Off off)  en Nueva York, sin desechar a las agrupaciones de profesionales y aficionados que pululan en todas las regiones   de USA.
Nos es fácil resumir la saga del teatro estadounidense del siglo XX y en especial compendiar a las nuevas generaciones, donde  Silver y Borgosian son importantes, así como los otros seis que serán ponderados aquí en Caracas. Hay que puntualizar como ellos tienen su modelo y lo interesante es su  forma de materializar  a las comunidades  de donde provienen, “de una forma libre y crítica donde la ironía y el humor nos revela la disfunción de esa sociedad, a partir de la cotidianidad, de la familia, de las relaciones más directas. Es admirable que tengan la valentía de hablar de ellos mismos mostrándose con todos sus horrores y miserias”, tal como puntualiza el director Arocha. 
 
PTERODÁCTILOS
 
 Silver, vinculado a los movimientos gays, es el que más violentamente arremete contra la familia tradicional. Su  Pterodactilos   (estrenada en 1993) presenta a Diana Volpe, Djamil Jassir, Vera Linares, Javier Figuera y Ricardo Nortier, quienes encarnan a Grace y Arthur (matrimonio  de clase media acomodada)  con sus hijos: Emma, muchacha media loca,  y Todd, joven gay y además portador asintomático de Sida, quienes  interactúan con   Tommy, novio-sirviente, que llega al  hogar y desencadena todos los conflictos. Las  relaciones interfamiliares están lastradas  y solo el homosexual es consciente de su azarosa realidad, mientras que los otros personajes viven situaciones absurdas y oscilando entre lo ridículo y lo patético, generando, como lógico, la risa sin control del público, especialmente cuando crean con lenguajes gestuales a los dinosaurios voladores, o sea los pterodáctilos.
 
Más alla de la anécdota de la pieza, creativo tejido de realismo y absurdo teatrales, hay que destacar el brillante trabajo de la puesta en escena que adelanta Arocha y la feliz combinación que hace con el teatro de texto y el teatro musical, buscando lo lúdico de esa temática desacralizadora, aunque preferimos los matices de Miller y Albee. Las actuaciones que más destacan son las de Diana y Ricardo por la versatilidad de las mismas.
SHOW
 
Por supuesto que con Talk Radio (estrenada hacia 1987 y llegó a Broadway en 2007) nos sentimos más a gusto. Su hiperrealismo y la brevedad del montaje, menos de una hora, ayudan al disfrute  de la crueldad   psicológica del espectáculo, que no es otra cosa que el programa radial de un locutor que se transforma en   especie de psicólogo o de brujo de almas, capaz de opinar y resolverlo  todo, pero lo que más eleva la temperatura y el histrionismo es la participación, en off, de algunos oyentes. 
 
Paúl Gámez, Vanesa Morr, Rafael Carrillo, José Vicente Pinto y Ricardo Sánchez dan vida, pues, a la historia de Barry Champlain, animador de un programa radial nocturno, con alto rating por los oyentes desesperados porque les escuchen sus problemas. Pero el locutor, un psicólogo improvisado, enferma y termina por arruinar su trabajo como tal.
El montaje que firma Chaveinte lo lanza como director, apuntalado en las buenas caracterizaciones de Gámez y Sánchez. Él ha dicho: “creemos que vivimos bien, y es una falsedad, es una mentira. Todas las obras tocan este asunto con simplicidad a la vez que critica a la sociedad norteamericana, pero también a nosotros con respecto a nuestro modo de vida apegado a la apariencia”.
 
LO QUE VIENE

Las seis piezas de Festival de Teatro Contemporáneo Estadounidense que faltan para cerrar este ciclo son:  Buena gente  de David Lindsay-Abaire (15 de agosto al 14 de septiembre), dirige Diana Volpe, actúan: Carolina Leandro, Jonathan Mora, Haydée Faverola, Carlos Abbatemarco y Rosalía Blanco.  La casa del sí   (22 de agosto al 7 de septiembre),  dirige Jonell Paz, actúan: Sabrina Rodríguez, José Manuel Suárez, Germán Manrique y Lismar Ramírez.  El truco de la cama   de Matt Moses, (22 de agosto al 14 de septiembre),  dirige Orlando Arocha y Elvis Chaveinte, actúan: María Alejandra Martín, Ignacio Marchena,   Emily Caraballo y Ana Melo.   La cocinera  de Eduardo Machado, (12 de septiembre hasta el 12 de octubre), dirige Rossana Hernández, actúan: Layla Vargas, Rubén León, Josmary González y Ernesto Campos.    Hurly Burly de David Rabe (20 de septiembre al 12 de octubre), dirige Abilio Torres, actúan: Aníbal Coa, Darwin Barroeta, Héctor Carrasco, Evelia Di Genaro, Abel García, Gabriela Sánchez y Emilshen Acevedo.   La casa limpia   de Sarah Ruhl (18 de  septiembre al 12 de octubre), dirige Gabriel Agüero Mariño, actúan: Patricia Pacheco, Nattalie Cortez, Diana Peñalver, Francisco Denis y Carolina Torres.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Una crítica del idealismo democrático

Por Joaquín Lugo
@joaquinlugo
@avencrit


En la Sala Rajatabla, la agrupación Escena de Caracas presenta Contra la democracia, texto del catalán Esteve Soler, producción artística de Karla Fermín y dirección de Juan José Martín.

A lo largo de siete escenas, Soler se propone demostrar si efectivamente la democracia es el “gobierno del pueblo”. Para ello, pone en escena a personajes comunes y otros no tan comunes, es decir, verdaderamente gente del pueblo, ciudadanos en situaciones que le sirven para criticar los pilares del considerado “mejor sistema de gobierno”: las elecciones, la libertad de pensamiento y de culto, la economía, la familia y el manejo del poder. La ironía, el absurdo, la sátira y el humor negro están presentes en el texto.

La puesta en escena se dispuso a aprovechar el estilo surrealista y aparentemente ilógico del texto para proponer una estética expresionista. Esta apropiada orientación de la dirección refleja los contenidos subyacentes de la dramaturgia y permite que la representación tenga consistencia de principio a fin. Las situaciones se desarrollan en un vaivén constante entre la tensión y relajación con las pausas necesarias que, en conjunto, buscan transmitir la premisa de cada una.

El diseño escenográfico de Héctor Becerra plantea un espacio único con dos entradas, una inferior y otra superior, una escalera lateral y varios compartimientos en los lados del escenario. Esta ambientación es empleada en todas sus posibilidades para desarrollar las escenas. La propuesta de vestuario de Nadeschda Makagonow logra de forma acertada proyectar el símbolo que representan los personajes en cada situación, acompañados de la atinada realización de objetos y efectos de Oscar Salomón. Mención aparte merece la selección musical de Fer Garantón y el mismo director que sirve de ilación entre cada sección del montaje y adquiere protagonismo en la escena final. Cada melodía escogida se acopla a las circunstancias que aparecen en escena.

La labor interpretativa es realizada de forma destacada por Nadeschda Makagonow, Delbis Cardona y Rafael Gil. El trío de actores asume todos los roles del compendio de escenas. Los tres muestran intensidad, sutileza, un correcto manejo de las intenciones, de la expresividad corporal y, en especial, veracidad a lo largo de los personajes que interpretan.

Nuevamente, Escena de Caracas lleva a escena un texto comprometido y que invita al espectador a dejar de lado la pasividad desde su butaca. Nuestra forma de pensar y de interpretar la realidad es una de los aspectos que no debemos traicionar, sobre todo, si los ideales democráticos no son realmente lo que dicen ser.

Un funeral y una realidad

Por Joaquín Lugo
@joaquinlugo
@avencrit


En la Sala Experimental del Centro Cultural BOD, la nueva agrupación 4X4 Producciones presenta Te dejo la corona, texto de Karin Valecillos y dirección de Giovanny García.

Cuatro amigas se encuentran en un funeral con la intención de establecer contactos, encontrar el amor, codearse con gente de clase alta y conseguir trabajo. Con esta premisa, comienza un texto de apariencia ligera y fino humor negro que acerca al público a una visión más de la realidad del país. Daniela, Isabel, Rosalba y La Chiqui tienen intenciones muy claras cuando asisten al funeral, aunque nada les sale bien. Entonces, sus dramas personales salen a flote para revelar que la sociedad venezolana se ha dedicado cada día más a valorar los contactos, las apariencias y el qué dirán por encima de los esfuerzos personales, el nivel educativo y los sentimientos. Sin embargo, la dramaturgia apela a la comedia y una serie de referencias culturales de la actualidad para que el público se divierta y el trago no sea tan amargo. He aquí la virtud del texto.

La dirección propone una puesta en escena que refuerza el humor negro del texto. El público es recibido como si asistiera a un funeral para después encontrarse con un espacio con cuatro sillas cargado de coronas decoradas de manera exagerada. En este sentido, la escenografía diseñada por Oscar Salomón se percibe atinada. A partir de aquí, los desplazamientos escénicos se plantean con la distribución equilibrada de las actrices, pero siempre enfocados en resaltar las situaciones humorísticas. Estás son apoyadas con la acertada propuesta musical de Eduardo Luis Hernández. Es necesario resaltar la imagen que proyecta cada personaje. El vestuario, los accesorios y el maquillaje se complementan perfectamente para reflejar la esencia de cada rol y, en especial, asumir una apariencia distinta dentro del funeral que enmarca el argumento.

El trabajo actoral mantiene una línea realista con algunos toques del exceso propio de la comedia. Los mejores trabajos son de María Alesia Machado como Rosalba y de María Gabriela Díaz como Daniela. Ambas se conectan con la realidad de sus roles. Por su parte, Carla Muller trasmite las intenciones de La Chiqui hasta el punto de vincularse con sus sentimientos, mientras que Diana Díaz logra la imagen y se conecta con los deseos de Isabel, pero son personajes que se irán afianzando durante las funciones.

En fin, me encuentro frente a un grupo que podría seguir una línea de teatro que toque temas comprometidos a través del humor para invitar al espectador a divertirse, pero también a pensar acerca de los que está viendo y proyectarlo a la realidad.