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En la Sala
Rajatabla, la agrupación Escena de Caracas presenta Contra la democracia, texto del catalán Esteve Soler, producción
artística de Karla Fermín y dirección de Juan José Martín.
A lo largo de siete
escenas, Soler se propone demostrar si efectivamente la democracia es el
“gobierno del pueblo”. Para ello, pone en escena a personajes comunes y otros
no tan comunes, es decir, verdaderamente gente del pueblo, ciudadanos en
situaciones que le sirven para criticar los pilares del considerado “mejor
sistema de gobierno”: las elecciones, la libertad de pensamiento y de culto, la
economía, la familia y el manejo del poder. La ironía, el absurdo, la sátira y
el humor negro están presentes en el texto.
La puesta en escena
se dispuso a aprovechar el estilo surrealista y aparentemente ilógico del texto
para proponer una estética expresionista. Esta apropiada orientación de la
dirección refleja los contenidos subyacentes de la dramaturgia y permite que la
representación tenga consistencia de principio a fin. Las situaciones se
desarrollan en un vaivén constante entre la tensión y relajación con las pausas
necesarias que, en conjunto, buscan transmitir la premisa de cada una.
El diseño
escenográfico de Héctor Becerra plantea un espacio único con dos entradas, una
inferior y otra superior, una escalera lateral y varios compartimientos en los
lados del escenario. Esta ambientación es empleada en todas sus posibilidades
para desarrollar las escenas. La propuesta de vestuario de Nadeschda Makagonow
logra de forma acertada proyectar el símbolo que representan los personajes en
cada situación, acompañados de la atinada realización de objetos y efectos de
Oscar Salomón. Mención aparte merece la selección musical de Fer Garantón y el
mismo director que sirve de ilación entre cada sección del montaje y adquiere
protagonismo en la escena final. Cada melodía escogida se acopla a las
circunstancias que aparecen en escena.
La labor
interpretativa es realizada de forma destacada por Nadeschda Makagonow, Delbis
Cardona y Rafael Gil. El trío de actores asume todos los roles del compendio de
escenas. Los tres muestran intensidad, sutileza, un correcto manejo de las
intenciones, de la expresividad corporal y, en especial, veracidad a lo largo
de los personajes que interpretan.
Nuevamente, Escena
de Caracas lleva a escena un texto comprometido y que invita al espectador a
dejar de lado la pasividad desde su butaca. Nuestra forma de pensar y de
interpretar la realidad es una de los aspectos que no debemos traicionar, sobre
todo, si los ideales democráticos no son realmente lo que dicen ser.
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