Con Rumberas la fiesta sigue dentro y fuera del Trasnocho Cultural |
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Venezuela veta las discriminaciones y fobias sociales, según la
Carta Magna de 1999, aunque en el país teatral pululan desatinos
fascistoides y hasta pretenden desechar a los artistas mayores de 30
años. Pero el autor-director José Simón Escalona (Ciudad Bolívar, 1954),
siempre contra la corriente y burlándose de los necios, trabaja y
muestra su talento para los venezolanos, desde hace cuatro décadas; es
por eso que durante los tres últimos meses ha exhibido la
alucinante performance La culomántica –reivindicación del esfínter más
comprometido del ser humano- considerado lo mejor del Festival de Teatro
¼ y ahora hace temporada en Trasnocho Cultural con la desopilante comedia
musicobailable Rumberas, demoledora sátira contra la homofobia
vernácula, donde actúan, desgarradoramente, Nacho Huett, Kelvis Martínez, Juan
José Guzmán, Gerardo Lugo, Omar Salas y Carlos Enrique Pérez. ¡Bravo!
Rumberas, pieza 15
de las 34 escritas por Escalona, transcurre en la Caracas de los años 80;
una especie de bar gay de mala muerte, oculto en una taguara de Sabana
Grande. Pieza irreverente que muestra a seis jóvenes
marginados por su condición sexual, pero empeñados en montar un show
sobre las legendarias rumberas del Caribe, como María Antonieta Pons, Meche
Barba, Ninón Sevilla, Amalia Aguilar, Rosa Carmina y rememorando también a
Carmen Miranda y la Tongolele. Todos hacen travestismo y encarnan y
doblan las voces de esas míticas mujeres. Ensayan su espectáculo para
entretener a la audiencia variopinta y al mismo tiempo drenan sus
angustias existenciales, especialmente las de Juancri, peluquero cubano
que se asume como la Tongele y coreografía el evento. Todos empeñados en
revivir el brillo de la época de las rumberas caribeñas, como homenaje, con
pretensiones culturales, pero que al mismo tiempo les sirve para inaugurar un
Cabaret Teatro. Quieren competir con otros bares similares y por eso los
persiguen o los asedian las autoridades, desafiando a una sociedad que los
tilda de homófilos perversos, porque pretenden descubrirle al público una
cara menos divertida de la vida gay, pero lo que hacen es transgresor
porque subrayan la homosexualidad y sus consecuencias para los años 80.
La música disco de inicios de los 80 como Fame de
Irene Cara, los boleros de Los Panchos y los Mambos de Pérez Prado
completan la banda musical del espectáculo, preñado de multisápidas
nostalgias, porque en esa fenecida Caracas habían más de 15 show parecidos,
diezmados por “la plaga rosa” o el SIDA en los años 90.
A buena hora, Escalona y su grupo Theja traen a la escena tales facetas de
las noches inolvidables de esa Caracas. Creen que los tiempos han cambiado,
aunque admiten que algunos espectadores del siglo XXI se incomodaran…¡pero la
realidad es superior a la ficción teatral! ¡La rumba sigue!
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