miércoles, 3 de julio de 2013

Hay un enemigo en el pueblo

Jamás cuando un dramaturgo produce un texto teatral, se imagina las repercusiones que éste pueda tener y la trascendencia que puedan contener esas páginas que no cobran vida hasta que penetran en la piel de un actor. Imaginamos que Ibsen nunca supuso que en la Venezuela del Siglo XXI su obra Un enemigo del pueblo, pudiese llegar a identificar fervientemente a los espectadores con la anécdota ahí narrada.
Pero si Ibsen hubiese conocido la Venezuela finisecular del pasado siglo y la primera década de éste, habría pensado que su historia calza perfectamente en suelo nacional. Y es que eso ocurre con los clásicos, una vez revisados, re-interpretados y puestos en la escena contemporánea con la sapiencia de lo que se hace no puede obtenerse otro resultado sino un producto artístico de calidad que debería estar en temporada permanente.

Un enemigo del pueblo, del Grupo Emergente de Caracas, se revela como una joya teatral de nuestro teatro contemporáneo de la mano del director Jesús Delgado y su equipo, quien supo combinar en feliz conjunción los elementos estéticos teatrales con una clara visión de lo que quería transmitir al público que asiste a la Sala Cabrujas de los Palos Grandes.
Sin embargo, sentimos que la Sala Cabrujas no es el espacio físico adecuado para la puesta en escena que se plantea Delgado, pues es una sala que no está concebida para el hecho teatral y tampoco se ha pensado en reformarla para tal fin, es una galería, por lo que limita la planta de movimientos de los histriones. Hay que ver este montaje en una sala de teatro con un espacio suficiente para el fluir de la puesta y estamos seguro crecerá a dimensiones extraordinarias.
Antonio Delli como el Dr. Stockman, lidera el elenco, pues en él es donde recae toda la acción dramática y la injusticia que determina el conflicto de la pieza, amén del personaje antagónico, encarnado por el actor Wilfredo Cisneros (El Alcalde) hermano de Stockman, que encarna lo más podrido de la clase política que logra llevarse por el medio hasta a su consanguíneo con tal de no perder el poder. Este dúo logra unas caracterizaciones justas que dan muestra de la madurez que han alcanzado como intérpretes, sus escenas están plenas de matices, transiciones y enfrentamientos que ponen en vilo a la audiencia y los hace comprometerse con lo visto sobre la escena, para identificarse sin ninguna duda con el relato.
No se puede ignorar el desempeño de la actriz Claudia Nieto, a nuestro juicio ésta, su caracterización de la Sra. Stockman, sin lugar a dudas es uno de sus mejores trabajos, lo que logra  en la relación de vínculo sobre la escena con Delli es digno de una clase actoral sobre relaciones de personajes en las tablas. La contención de las emociones y el fluir de las mismas en su interpretación conmueven. 
Al trío de protagonistas, los acompañan en igual nivel y desempeño: Jesús Hernández, Lidsay Castro, Jorge Dakar y Carlos Clemares, quienes completan el elenco que no hubiese conseguido este rendimiento, si no fuese por una correcta dirección de actores de parte de Jesús Delgado, que definitivamente sabe lo que quiere y lo que necesita de sus histriones.

Una radiografía de nuestra turbia política y manejos fraudulentos del poder es lo que usted disfrutará en Un enemigo del pueblo, asistiendo a la Sala Cabrujas, comprobará que los teatristas venezolanos estamos tomando consciencia, al fin, de lo que nos ha pasado en los últimos años y ya es hora de denunciarlo con lo que sabemos hacer: arte; hay un enemigo en el pueblo y es él mismo pero mientras sigamos apáticos aceptando los desmanes del poder, continuaremos creyendo que el enemigo es el otro y no nosotros mismos. 
 
@rosasla /@avencrit

Caracas, 03/07/2013

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