Desde
la semana pasada se está presentando en la Sala A-Teatro de Bellas Artes, una
interesante lectura de la pieza teatral del francés Guy Fossy, reconocido
dramaturgo galo que sorprende por el arrojo de su puesta en escena y la calidad
de sus interpretaciones.
Dirección Gritadero es
la crítica en tono de humor negro que hace Fossy a la sociedad dominada por las
normas y el poder. En este país donde las Señoras 1, 2 y 3 viven, está
prohibido expresarse, está prohibido decir lo que se piensa y sólo puede drenarse
lo acumulado en “el gritadero” pero para llegar a ese sitio sólo se puede
acceder por un bus, que en este caso y para acentuar el conflicto, no llega
nunca.
Al
mejor estilo de A puerta cerrada de
Jean-Paul Sartre, estos personajes están condenados a permanecer sin
explicación en una parada de bus de donde no pueden irse y en donde deben
compartir con semejantes que provocan que salgan a flote sus miserias y
verdaderas personalidades.
La
dirección a cargo de la joven directora Nehilid Ascenzi (este es su primera
puesta en escena) supo entender el mensaje de la pieza y logró conducir a sus
intérpretes a buen puerto. Sin “espectacularidades” innecesarias, Ascenzi logra
que sus actrices (talentosas jóvenes en proceso formativo) exploren matices y
transiciones sin apresurar el drama pendulando entre la comedia negra y la
reflexión, alejándose del melodrama en el que fácilmente se puede caer con este
tipo de textos. Con visos absurdistas, la directora plantea un espacio
integrado, íntimo, en el que el público puede padecer de cerca con estas tres
mujeres que están condenadas a no poder ir a gritar.
Las sólidas
propuestas actorales de Fátima Mendoca, Yulika Hernández y Valentina Garrido
hablan de una importante generación de relevo en las tablas caraqueñas, estamos
seguros que si continúan en el oficio éstas histriones darán mucho de qué
hablar en los próximos años.
No
podemos dejar de mencionar el ingenio del artista Joyner K Burgos, quien con la
composición original de la música para la obra, logra acompañar inteligentemente
los acentos climáticos de la puesta en escena.
Sólo
ajustes de iluminación permitirían la creación de imágenes más impactantes, sin
embargo las limitaciones de la sala no se los permitió, habrá que ver la
propuesta en una sala mejor dotada y con un equipo técnico completo, estamos
seguros resaltará el trabajo.
En
suma un joven colectivo teatral que da sus primeros pasos hacia la profesionalización,
y que arranca con buen pie, riesgo, ganas de hacer las cosas bien y sobre todo
talento que es lo que necesita nuestro teatro.
L.A.R/@rosasla.
Caracas,
14 de julio de 2013.
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