domingo, 21 de junio de 2015

Regresó "Novia en rojo" a Caracas

Una ficción sobre el legendario Esdras Parra
Por Edgar Moreno Uribe
@eamorenouribe
@avencrit

En medio del escándalo suscitado por el atentado terrorista que eliminó al fiscal Danilo Anderson, la defunción de la transexual Esdras Parra fue privada, aquel  18 de noviembre de 2004, aquí en Caracas. Se marchó en silencio y entre sombras como fue su vida durante los últimos 26 años de los 74 que vivió.

Ahora ya es un personaje teatral, gracias al monologo Novia en rojo que escribimos y estrenamos en Mar del Plata el 11 de septiembre de 2009 en el Teatro Diagonal gracias al trabajo del equipo de teatreros que liderizó Mónica Marchini y actuó Mario González, con el soporte de María Schulze y Claudia Mauriz. Posteriormente esa surrealista creación argentina vino a Venezuela y se mostró en los Festivales de Oriente y Occidente, y además en Unearte, durante el último trimestre de 2009.
Dentro de la programación del Festival Nacional de Teatro de Caracas 2011, el director José Gregorio Cabello y el comediante José Gregorio Becerra hicieron el  primer montaje criollo de Novia en rojo, exhibido durante los días 23 y 24 de noviembre. Y ahora, para la segunda edición del Festival de Teatro Rosa, en el Celarg, se presentó el severo montaje del director Reynaldo Rivas y el actor Aníbal Figueroa.
Novia en rojo es la primera de una trilogía que hemos pergeñado sobre la homofobia que persigue la identidad humana y las diversas luchas reivindicativas que se suscitan por la consecución de la misma. La escribimos   tras haber ahondado en la saga de Esdras Parra, quien se sometió a una RGS a los 48 años, en Londres, para vivir como “señora” hasta su muerte, tras sortear trampas y burlas de una sociedad que rechaza conductas como las que ella, o él, asumió públicamente.
Nuestro personaje, cual Pigmalión venezolano descubre su Galatea, peluquera de origen peruano, pero de padres chinos, y vive con ella un tórrido romance “lésbico” hasta que la muchacha se marcha a la lejana Australia para casarse con su otro amor, el transexual Valeria que no piensa operarse, y hasta procrear una familia por los métodos tradicionales. La soledad y los recuerdos provocan el final de Esdras, quien viene desde su tumba para revelar todo lo vivido.
Culminada en octubre de 2008, Novia en rojo es la saga de Esdras Parra, nació en Santa Cruz de Mora (1 de enero de 1930) y murió en Caracas (18 de noviembre de 2004). Así puede simplificarse la vida de ese escritor, poeta y promotor cultural, quien tras “un cambio de sexo”, alteró su periplo y se reinstaló en Caracas (1982) pero no lo dejaron ser plenamente feliz. Su transexualidad y su lesbianismo le generaron múltiples problemas que afectaron su capacidad de creación para la narrativa y hasta sus enemigos hicieron chistes eróticos con todo eso. Fue una víctima más de la homofobia, lacra cultural que mata o execra a quienes se atreven a ir contra los caducos cánones sociales.
En Novia en rojo se ficcionan los últimos cuatro años de su vida, salpicada de amores que van y vienen con pesada brevedad, hasta que una muchacha lo precipita en un abismo de paranoias. Aunque siempre la realidad es superior a la recreación artística, ésta es una metáfora más sobre la vejez que, acompañada de desamor, soledad y pobreza, asecha a la mayoría de los seres humanos, sin importar su conducta sexual o su género. Para nosotros fue un debut excepcional en la escritura teatral, dado que, como lo dijese el dramaturgo Darío Fo (Premio Nobel 1997) en visita a Buenos Aires en 1984, “en ningún país del mundo el teatro tiene la importancia que tiene en la Argentina”.
El nuevo montaje de Novia en rojo se mostrará en Bogotá próximamente  el Festival de  Teatro Rosa.

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