La fiesta de los moribundos

Por Carlos Herrera
@cehs1957
@avencrit

Ya la cartelera teatral capitalina ha salido de la onda post FTC- 2014. La dinámica escénica fluye y se diversifica con el estreno de varios proyectos escénicos tanto de grupos consagrados, medios y emergentes. En cuestión de una semana o a lo sumo en quince días habrá nuevamente un festival de teatro no declarado. Por lo pronto, será el espectador quien decida que ir a ver tanto en el este, centro o en el oeste de esta urbe en materia de teatro de autor nacional, propuestas basadas en dramaturgos europeos y hasta clásicos; habrá para público infantil y de adultos. Ello es garantía que la dinámica – no se habla de calidad – está vibrante. Si se uniesen las dos carteleras que promocionan la oferta en medios impresos locales veríamos el fenómeno de un teatro vario pinto que sigue diciendo que la búsqueda del público está más álgida que nunca.

Para indicar solo algo de esta dinámica en cuanto a estrenos, está lo concretado por Tumbarrancho Teatro en los predios del Ateneo de Caracas con la obra de Karín Valecillos, Al borde FM dirigida por Jesús Carreño; en la Sala Río Teatro Caribe - situada en San Bernardino - está el proyecto escénico concretado por el grupo Teatro Ouróboro y Río Teatro Caribe donde el actor y director, Alberto Alcalá asume particular visual sobre la obra En la soledad de los campos de algodón de Bernard-Marie Koltés; de igual manera, en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural, el grupo Encuadre Teatral estrenó Postales de Bohemia con puesta en escena de Katty Rubenz y finalmente, la joven agrupación Mirada Creativa asumió bajo la dirección de Dayana Velázquez, la pieza La fiesta de los moribundos del clásico, César Rengifo en la Sala Experimental del Celarg.

Al acercarme como espectador a este último montaje, logré constatar que la gente joven sigue en su trabajo de búsqueda artística desde el cual decir que están allí, que más allá de los aciertos o desaciertos de su proyecto teatral, la escena sirve como puente entre su formación, la concepción de un trabajo desde el cual engranar sus destrezas y técnicas y de catapulta de una praxis para eso que es la validación ante el “monstruo de mil cabezas” que es la recepción del público. De hecho, no es un estreno sino su tercera temporada donde al haber asumido La fiesta de los moribundos escrita por Rengifo bajo la fórmula de comedia satírica en la cual apela a la perspectiva trágica sofoclea sin que reste su gran capacidad de realismo social y que abre a los ojos del espectador a los asuntos del inescrupuloso mundo comercial que se hace de la compra del cuerpo humano y que se ve como un producto comercial que sirve para lucrar, la crítica del autor sigue vigente en esta sociedad globalizada y marcada por la codicias de los grandes empresarios de la muerte.

La puesta en escena dada por Velázquez hizo énfasis sobre los potenciales talentos de su grupo. La pieza demanda que varios personajes fuesen de edad y era difícil ver esto por la plenitud vital de los actores aun cuando buscaron componerlos de la forma más natural que pensaban; sin obstante, es algo más que empeño sino de actitud y eso, lo aplaudo. No es cuestión de ser joven y no dar el papel al 100 % sino decir su verdad ante el público y que la misma sea auténtica y esté en sintonía con la verdad del auto. La puesta como tal, no ofreció sorpresas pero si sus ganas de generar que el espectador supiese que con textos de esta naturaleza se efectúa con más certeza que errores – porque es dramaturgia cercana y nuestra- dibujar lo que es propio de lo que han comprendido y hasta mostrado desde la creación teatral.

Aplaudo las interpretaciones dadas por Dionys Fuentes ya que en él hubo ese sentido de hacer patente su reto sobre las tablas; también a Pedro Olarte – quien con muchos furcios propios del día del estreno - logrará adecentarlo ya que tiene experiencia. Los créditos finales son para Belkis Villarroel, Germán Carrero que, con altas y bajas dieron a sus papeles lo que sentían debían darle; finalmente, a Aura Arelis, Andilay Chirinos y Carlos Rivero de quienes se espera haya otros retos para verlos crecer.