Por Carlos Herrera
@cehs1957
@avencrit
Como hemos venido reseñando en las anteriores entregas, la escena caraqueña está expresándose con disímiles propuestas producto del trabajo creador de una interesante veta de jóvenes agrupaciones, directores y actores; la búsqueda de espacios ha sido lo más arduo para unos y otros dado que deben disponer de la buena voluntad de instituciones culturales o de grupos establecidos con espacios propios que les acojan en lapsos muy estrechos. Se suma a lo anterior, lo espinoso de poder promover, publicitar y generar expectativas a un público que tiende a responder más a lo que ya conoce que, ir a confrontar lo que es la realidad creativa de nuestra juventud teatral, en específico, la que está en la Gran Caracas.
Con todo, el apoyo de este servidor en observarles y poderles extender un espaldarazo en cuanto a no solo asistir a sus funciones sino de dialogar de forma constructiva sobre lo que ellos tiene como norte tras cada proyecto. De este diálogo uno podrá ver como estimularles, generarles perspectivas críticas más idóneas a sus realidades e, incluso, buscar como servir de puente con programadores e instituciones culturales a fin que, por lo menos les consideren cuando sea momento de generar pautas de oferta teatral en la ciudad.
Cuentos para armar.
Una de las producciones teatrales orientadas al público infantil que me otorgó alta satisfacción de gozo estético y artístico fue, sin duda el trabajo escénico del grupo Acros Producciones quienes de forma eficaz y con solvencia de todo lo que implica la sencillez como esencial para expresar que había vida en lo que se desarrollaba en la escena, se concretó por la dirección de Ángel Ordaz que tomando los textos de la escritora Maribel Anaya, versionó y escenificó Cuentos para armar en la Sala “Luís Peraza” sede del TET.
Across Producciones colectivo que nació de las “filas del Taller Experimental del Teatro” cuenta con diez años de actividad creativa integrada por artistas que persiguen desde el trabajo colectivo y apelando a manejar de forma diestra, un amplio abanico de técnicas, trabajos donde la creatividad como la excelencia sean su norte. En lo que me tocó ver – que fue una delicia desde todo nivel – Ordaz tomó los cuentos “Gato y las flores amarillas” y “Elefante y Mariposo del monte” inscritos en el libro El río que quería volar y otros relatos que le permitieron construir con una compacta ilación dramática y con perspicaz interrelación de sus personajes (Elefante gris, Florencio, Mariposo del monte y gato) una secuencia plena de imaginación, con micro dramas que sustanciaron un mensaje que nos habla de esperanza en la unión de la amistad y ello se convirtió en la expresión más poderosa que queda en flotando en el ambiente.
La puesta en escena austera y sintética, con pocos objetos de los cuales le da polivalencia de sentidos para su uso por los actores, apelando a una conjunción con los músicos Christian Ponte, Frank Ponte y Alexander Gamboa que aparte de construir sugerentes atmósferas rítmicas y sonoras, se integran como intérpretes a lo que era una magnífico elenco conformado por Dixón Da Costa, Raymartin Ugencio y Karina Gentile cuya versatilidad, desenfado, soltura y dinámica interna como externa permitieron dar cuerpo a cada una de sus secuencia; son histriones con mucha fuerza y expresividad tanto en lo corporal, manejo de la voz, con fina agudeza para ser imaginativos y sensibles con lo que eran sus personajes y en especial, comprometidos en generar una unidad plástico artística que el público disfrutó plenamente.
Cuentos para armar de Acros Producciones fue un delicioso momento que nos puso a todos a componer las historias donde si uno las extrapola puede hallar conexiones vivificantes para todos sean adultos o niños. Trabajo que recomiendo ampliamente y ojala los programadores de instituciones culturales de la ciudad permitan crearles a este encantador trabajo más posibilidades de ser difundido. ¡Un aplauso de pie para todos!
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