Por Joaquin Lugo.
El Teatro del Contrajuego y Hebu
Teatro inauguraron un nuevo espacio para el teatro en Caracas: La Caja de
Fósforos. Este lugar se encuentra ubicado en la Concha acústica de Bello Monte,
nace con una programación que está por confirmarse y se perfila también como un
sitio para la formación de nuevos talentos con una serie de actividades
académicas que se están planificando.
El montaje que abrió la sala es Macbeth de William Shakespeare,
producción ejecutiva de Diana Volpe, producción de Rossana Hernández y
dirección de Orlando Arocha.
La estética se orienta hacia la
tendencia expresionista y barroca que caracterizan los trabajos de Arocha. Una
morgue es la primera impresión que recojo del espacio escénico, diseño del
mismo director. Varios cuerpos desnudos yacen sobre dos mesas metálicas y el
piso. Todos tienen un pequeño libro azul en sus bocas. Luego, las brujas,
representadas aquí por mujeres y hombres vestidos de manera recargada, vienen a
limpiar el lugar y terminan por convertirse en los hilos conductores de la
trama. Este es el inicio de las entradas
y salidas aceleradas de los personajes con varias imágenes cargadas de fuerza
como un soldado desnudo que escupe sangre, un rey moribundo que es seguido por
su séquito de aduladores, una fiesta de hombres vestidos como militares, un
espíritu que se multiplica y un himno final que convierte al reino (o país) en
una morisqueta de sí mismo, por nombrar algunas. El vestuario contemporáneo de
Samyra Recondo refuerza la simbología de los personajes. Esta sobrecarga de
imágenes y símbolos sitúa al texto en el suelo venezolano.
El trabajo actoral es oportuno,
franco e intenso en todo el elenco con Juan Carlos Gardié como Macbeth a la
cabeza. Este actor se apropia del personaje es gestos, posturas y manejo de la
voz para componerlo en todas sus aristas. Es secundando por la labor cabal de
Diana Volpe como Lady Macbeth, en especial en el manejo de las intenciones que
requiere el rol. Del resto del elenco, se destacan: Beto Benites, Giovanny
García, Paúl Gámez, Abilio Torres, Ernesto Campo y Rossana Hernández, junto al
buen desempeño de Djamil Djassir, Antonio Ruiz, Slavko Sorman y Kevin Amorín.
Mención aparte para la interpretación de las brujas: Simona Chirinos, Dayana
Carmona, Dallas Aguirrez y Homero Chávez.
La apertura de la sala demuestra confianza y apoyo al
teatro venezolano. El montaje te deja un sabor agridulce: una propuesta clara
estéticamente, pero con un trasfondo contundente. Un personaje expresa: “Pobre
patria, casi no puede reconocerse a sí misma. No es nuestra madre sino nuestra
tumba.” Saquemos nuestras conclusiones.
Publicado en el Diario Tal Cual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario