Desde la temporada 1996 la agrupación Escena de Caracas conmueve a su audiencia |
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La agrupación Escena de Caracas continúa
luchando por un teatro de arte y ahora repusieron Contra
la democracia, de Esteve Soler (Barcelona, 18/12/1976).Hicieron temporada en la sala Rajatabla, bajo la óptima
dirección de Juan José Martín y con las reposadas participaciones de Delbis
Cardona, Nadeschda Makagonov y Rafael Gil.
La dramaturgia de Soler refleja las monstruosidades
y siniestras contradicciones de los tiempos que se viven. Es una visión sobre el
hombre actual y la civilización creada, aunque recuerda lo que denunciaron
Kafka, Becket, Ionesco, Sartre y hasta Jarry, además de los críticos y ácidos
guionistas de las películas fantásticas de Hollywood. “Nada nuevo bajo el sol”,
como lo dijo el rey Salomón en su momento.
Compuesta por siete minobras, Contra la democracia revisa exhaustivamente los conceptos y las prácticas de “república” y “democracia”,
y tamiza satíricamente a las sociedades de ahí brotadas. No es politiquería
barata ni panfleto, nada de eso, lo hace con alta teatralidad y por intermedio
de personajes que resumen maldades y bondades republicanas y democráticas, que
los ciudadanos tragan aunque nunca digieren, especialmente las europeas donde
el confort y la seguridad social las agobia, pero se los cobran con sangre, y
no es metáfora. Soler “refrita” lo que ya dijeron otros, aunque ahora
tienen más vigencia y está mejor
explicado.
Lo mejor de este montaje son sus impactantes performances para
cada uno de los siete cuadros, especialmente el primero y el ultimo:
la cosificación de la sociedad (versión kafkiana de la familia monstruo) y el
tragicómico juego del imperialismo, gracias a la materialización del rey Leopoldo
y un vicepresidente de USA; también impacta el cuadro sobre la expulsión del
hijo del hogar al cumplir los 18 años,
lo cual para Soler es un asesinato.
Escena Caracas tiene como brújula la búsqueda de tendencias y
lenguajes para confrontar al público con inquietudes comunes, siempre en vías
de superación al anterior montaje, cual una positiva versión criolla del mito
de Sísifo. Esta agrupación
teatral,
nacida de un programa de formación de la Compañía Nacional de Teatro,
durante la temporada 1996, decidió emprender la marcha con proyectos
propios, como aquel inolvidable
espectáculo Árbol que crece torcido, mágico poemario de Rafael
Castillo Zapata que bien escenificó Miguel Issa, en la sala Rajatabla.
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