"Bingo" de Román Chalbaud prosigue en la escena venezolana |
@eamorenouribe
@avencrit
Los personajes teatrales son eternos en los escenarios. Y los seres humanos pueden aspirar a esa inmortalidad, atribuida a los dioses, cuando un escritor los materializa en sus obras. Eso lo enseñó Isaac Chocrón Serfati cuando apuntaló la fundación de la Escuela de Artes de la UCV, en 1978.
Román Chalbaud lo ha demostrado con Bingo y así rescató para la eternidad a un inmigrante venezolano. Y yo lo hice con otro trashumante criollo en El fantasma de Bonnie. Ellos realizaron en Nueva York sus ciclos vitales y ahora desde la escena predican sus luchas por la libertad y el amor.
Las fantásticas sagas de los habitantes neoyorquinos inspiraron a Chalbaud, en los años 80, y es desde el pasado 26 de abril que Bingo convoca a los caraqueños con el espectáculo creado por Costa Palamides. No pretende dar recetas para aprender a vivir. Plasma una ficción ambientada en un apartamento, durante un día invernal, y centrada en latinoamericanos, dispuestos a divertirse jugando al bingo y para ello contratan a un misterioso visitante: el venezolano Andy Ramírez (encarnado magistralmente por Ludwig Pineda).
Lo que ocurre deja sin aliento al público porque cada uno de esos seres, crea una densa atmosfera erótica, no solo visual y verbal, sino que suscitan interrogantes porque quieren conocer más y más de todos ellos, sobre sus orígenes y sus etapas anteriores. Chalbaud rompe lanzas y reitera, por intermedio de esos personajes como la andropausia y la menopausia no asesinan el instinto sexual, el cual es tan fuerte como el instinto de la sobrevivencia, y que todos ellos usan como elixir para una juventud momentánea y mantenerse activos.
Otra faceta de la pieza es el lenguaje utilizado: el cual va de lo agresivo a lo amoroso, porque todos ellos demandan afecto y ayuda para sobrevivir. Y no podía faltar una denuncia política: la miserable explotación a que es sometido el inmigrante, quien tiene que hacer de payaso para subsistir o recibir una cama o un pan como recompensa.
Este Bingo, que es una pieza cosmopolita, quizás la mejor obra que Chalbaud ha escrito, seguirá muchas semanas en cartelera.
Nosotros en la metrópolis neoyorquina, durante los 80, conocimos al tachirense dramaturgo y director teatral Abdón Villamizar, quien murió en la mañana del 27 de mayo de 2014, tras vivir ahí los últimos 52 años de su ruta existencial, pero no él pudo verse en el montaje de El fantasma de Bonnie, estrenado en 2011 por el director Dante Gil en la Sala Rajatabla y después mostrado en España y otros países con las actuaciones de Ulises Acosta y Henry Pantoja.Participo en el Primer Festival de Teatro de Caracas, organizado por Fundarte.
En la sala Rajatabla se materializó tal interesada amistad entre los solitarios seres quienes aceptan conocerse y probar si pueden compartir sus cargas existenciales hasta que el hastío o la vida los vuelva a desunir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario