jueves, 17 de octubre de 2013

¡Qué Rodolfo Santana siga vivo!

Por Carlos E. Herrera
@cehs1957

Hace un año, la presencia de Rodolfo Santana era algo que uno daba por sentado dentro del quehacer teatral nacional. Su dinámica en las letras teatrales era permanente y su incidencia en el mundo del cine, constante. Inquieto, perspicaz, agudo, tenaz y muy humano se distinguía por su afable carácter y su incansable sentido del trabajo. Ha pasado un año de su desaparición física, pero su impronta está ahí, esperando que se revalorice desde todos los ángulos porque Santana fue –desde mi honesta opinión− uno de los grandes autores teatrales del siglo XX y de lo que se empieza a vislumbrar del actual. Una personalidad con relevancia que mucho aportó y pudo seguir aportando al cine nacional. Por ende, todo lo que de él emanó se debe aquilatar ya que creadores de su valía, pocas veces se repiten en una misma época.

Es tiempo de dejar homenajes graneados a su persona y de hacerlos muchos más visibles a lo largo de cada ciclo; sin embargo, es hora de que el conjunto de instituciones teatrales del país, la totalidad de los centros académicos y hasta el Centro Nacional de Teatro, terminen de consolidar una Cátedra Permanente de Alta Dramaturgia Rodolfo Santana, en la que no solo se estudie y multiplique lo que Santana legó, sino que convoque a los grandes autores iberoamericanos que le conocieron a proseguir en la comprensión de lo que fue un alma inquieta y creadora: es necesario crear un teatro de compromiso e ideológicamente conectado al espíritu latinoamericano. Que las universidades inserten dentro de sus programas de estudio, materias comprometidas con la valoración, contextualización y correlación de la obra santaniana debido a que es la síntesis crítica que él hizo a nuestra sociedad. Que haya un gran concurso de dramaturgia que lleve su nombre de carácter abierto a todos los autores de este continente y ¿por qué no? a escala mundial.

Que se construya una sala que lleve el nombre de Rodolfo Santana, de carácter polifuncional, experimental, con aforo no mayor de 250 personas y capaz de albergar aquellas búsquedas creativas de directores, diseñadores y realizadores que tengan entre sus objetivos elevar la audacia y el reto de explorar nuevos lenguajes dramáticos, pero que esté en sintonía con la revisión de los conflictos del individuo, de la sociedad y en especial, de este mundo cada vez más anárquico y transversado de intereses que en nada ayudan a ser hombres en Revolución. Que hayan conferencias de alto nivel; que se propongan concursos de ensayos sobre las piezas menos conocidas; que haya un concurso de guiones donde se muestre el espíritu de lo que empezó a transitar Rodolfo y que empieza a germinar en lo que actualmente es el CNAC. Que hayan espacios universitarios, comunitarios, campesinos y de zonas industriales y fábricas que permitan al estudiante, al pueblo, al campesino como a la gran masa laboral, constar las tramas y argumentos de las piezas de Santana que sirvan de puente reflexivo para debates que estimulen el repensarnos y revalorar lo que el proceso vivencia como futuro mejor.

Fomentar un festival bianual donde las obras de este segundo padre del teatro venezolano sean producidas, circuladas y debatidas entre los creadores y el público sin tapujos a lo largo y ancho del país. Que el resto de sus obras sean asumidas en un corpus sólido y unitario (aplaudo el esfuerzo del Fondo Editorial de Fundarte porque fue el que lo empezó a gestar) a fin de que se analice y proyecte su legado escritural dentro de una producción teatral que llegue a todos por igual y con precios solidarios. Me quedo corto en proponer ideas porque el legado de Rodolfo Santana debe ser patrimonio intangible del venezolano del siglo XXI.
14/10/13.-

1 comentario:

  1. HACE DOS AÑOS TUVE EL HONOR DE PARTICIPAR EN UNO DE SUS TALLERES PERMANENTES DE DRAMATURGIA EN GUARENAS, EN VERDAD SE DEBE CONOCER ESTE HERMOSO LEGADO QUE NOS DEJO EL GRAN RODOLFO SANTANA, APLAUDO LAS PROPUESTAS

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