Dos obras de Eugene Ionesco en el Festival de Directores |
Por Edgar Moreno Uribe
@eamorenouribe
@avencrit
La letra con sangre entra” justificó la violencia educativa en las escuelas primarias latinoamericanas hasta mediados del siglo XX. Muchísimos niños y niñas así aprendieron más o menos. Paralelamente brotó una técnica más refinada y menos salvaje: “Hay que leer mucho para aprender a escribir” y por supuesto emergió una generación de escritores menos castigados.
Con el aprendizaje de los rudimentos del teatro también ocurrió y ocurre lo mismo –las leyendas son impublicables, por cierto- y todavía en la Caracas del siglo XXI, ante la crónica ausencia de escuelas con métodos cónsonos, modernos y capaces de formar a una necesaria generación de directores de escena o puestistas, se organizó un festival para darle la oportunidad a los jóvenes que quisieran debutar como directores de teatro, así también lo hizo el legendario Carlos Giménez en la última década del siglo XX para ayudar a un puñado de aspirantes.
BUENAS INTENCIONES
Se organizó y se puso, pues, en marcha el Festival de Nuevos Directores de Teatro Trasnocho, liderado por directivos de esa institución cultural privada, el cual debe culminar el 15 de marzo. ¡Buena intención para airear la cartelera venezolana y ayudar a subir la difícil cuesta de la profesionalización a las nuevas generaciones!
El Festival arrancó a mediados de enero y cierra tras mostrar ocho espectáculos. Los dos mejores montajes, según un jurado, podrán hacer una temporada en la sala Espacio Alterno donde se han presentado hasta ahora. Ese será el codiciado premio, tras todo el prestigio y la publicidad que le hagan a tal hecho.
Hasta ahora hemos evaluado los espectáculos Seis personajes en busca de autor de Luigi Pirandello; Julia, versión de La señorita Julia de August Strindberg, Burkina Faso de Daniel Dalmaroni; La calva diva, versión de La cantante calva de Eugene Ionesco, y La lección de Eugene Ionesco, realizados por Wilfrido Sierra, Jorge Souki, Daniel Dannery, Jan Vidal-Restifo y Leonardo Van Schermbeek. Quedan por ser vistos y considerados los montajes Historia del zoológico de Edward Albee y los venezolanos Prueba de fuego de Ugo Ulive y Juanita Claxton de Gustavo Ott.
LOS MEJORES
De ese quinteto de montajes destacamos la audacia inteligente de Jorge Souki al transformar la romántica y amarga pieza de Strindberg (1888) en una truculenta pasión de una pareja de jóvenes de diferente origen sociocultural tratando de sobrevivir en una convulsa Caracas del siglo XXI. Su Julia del siglo XXI contó con casting novedoso porque el “utilizado” Juan es un joven motorizado que goza de la atrevida Julia pero al final la deja para continuar con su novia Cristina, roles resueltos con solvencia por José Ramón Barreto, Vanessa Morr y María Fernanda Meléndez. Sopesando lo que se hizo con el texto y el trabajo actoral, así como la movida y recursiva puesta en escena, no podemos dejar de lado que la televisión, especialmente las telenovelas con guiones de Delia Fiallo, se nutrieron descaradamente de los clásicos teatrales del siglo XIX. Vamos a ver que pasa con Souki y su adiestrado y trabajador equipo.
También resaltamos la respetuosa versión y dirección escénica que hizo Leonardo Van Schermbeek con La Lección , quien sin alterar el texto demuestra los errores de la metodología educativa aplicada a los jóvenes y el mortal final que les espera: asesinados por sus maestros. La metáfora escénica que propone Ionesco queda brutalmente plasmada en la escena, cuando el profesor se pone su brazalete nazi y se dispone a recibir la cuadragésima primera alumna y futura víctima. Hay que destacar el excelente trabajo actoral de Héctor Castro, bien apuntalado por la impactante caracterización de Rebecca Perich (la alumna) y correctamente complementado por Dayhana Carmona como la sirvienta cómplice. No nos queda duda alguna que es uno de los mejores montajes que hemos visto hasta ahora, claro está que aún quedan tres más por verse y puede brotar una sorpresa. Pero ahí hay director y actores a cabalidad.
IONESCO ENTRE NOSOTROS
Al hablar de Eugene Ionesco en Venezuela hay que recordar que ese legendario autor rumano francés (1909-1994) fue amigo de Romeo Costea (1922), el director rumano venezolano que lanzó a Isaac Chocrón en el año 1959 al montarle su pieza Mónica y el florentino, aquí en Caracas. “Romeito”, como lo llamamos cariñosamente, le cedió la sala de Teatro de la Huchette que usaba en París para que su compatriota estrenara e hiciera temporada con La cantante calva , hace más de 60 años, donde se demuestra lo que es la soledad de los seres humanos y el miedo a la muerte que no nos atrevemos a confesar. La Biblioteca Nacional de Francia organizó una exposición para conmemorar el centenario del nacimiento de Ionesco y su comisaria Noelle Giret, escribió: “Había en Ionesco un rechazo del desarrollo clásico del teatro, en el cual hay un principio, un desarrollo y un final, y que tiene personajes predecibles. La primera obra que da pie a un nuevo teatro es La cantante calva. Él la llamó “antipieza”, precisamente porque rompía con el teatro clásico y porque los personajes son casi fantoches. Para escribir esta obra se inspiró en el método de lenguas Assimil, por lo cual sus personajes son como marionetas que se hablan con frases hechas, lo cual lleva a la incomunicabilidad total entre ellos y a cierta violencia y sinsentido que en ese momento sorprendió y escandalizó a parte del público".
AGENDA FINAL
Este festival de nuevos directores tiene su agenda de cierre: Historia del zoológico de Edward Albee, dirigida por Pedro Borgo (viernes 27, sábado 28 y domingo 1, a las 4PM). Prueba de fuego de Ugo Ulive (viernes 27, sábado 28, domingo 1; viernes 6, sábado 7 y domingo 8) y Juanita Claxton de Gustavo Ott (viernes 6, sábado 7, viernes 13, sábado 14 y domingo 15), puestas en escena por Catherine Medina y Lissy García, respectivamente. La cita es en la Sala Plural, desde las 4 PM y 7PM.
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