Hugo Kogán en Potestad |
Por Bruno Mateo
@bruno_mateo@avencrit
Durante
la nueva edición del Festival Internacional de Occidente en la cálida ciudad de
Guanare del Edo. Portuguesa de Venezuela se llevó a cabo la representación de
la pieza Potestad (1985) del
dramaturgo Eduardo “Tato” Pavlovsky (1933) bajo la interpretación del actor
Hugo Kogan el día miércoles 19 de noviembre de 2014 a “casa llena”. Drama que
nos plantea en su discurso la soledad del ser contada a través de la historia
de la “desaparición” forzosa de las personas en épocas de regímenes opresores,
en esta ocasión, en Argentina. El personaje del hombre quien no es más que un
esbirro que se roba una niña para criarla como hija suya siente la agonía de la
soledad cuando de repente se ve despojado de esa hija.
La
interpretación de Kogan fue justa y precisa, sobre todo, en las partes más
dramáticas y dolorosas del discurso; su presencia escénica insufla todo el
escenario y su potente voz nos arropa en toda el transcurso de la escena. Con
una producción mínima, el montaje a través de su significante discursivo nos logra trasladar a un espacio paradójico
de tortura y ternura a la vez. Las
palabras describen tranquilamente cómo los verdaderos padres de la niña fueron
masacrados sin sentir ningún tipo de aprehensión por ello. La pieza está
escrita de una manera cohesiva y muy vinculada con las emociones del ser
humano.
Con
una puesta en escena sencilla en cuanto a elementos del dispositivo escénico y
de plantas de movimientos la obra produce una tensión dada por la dinámica del
texto más por su connotación que por su denotación.
Potestad es uno de esos montajes que recorren
los intríngulis de la sensorialidad del hombre a través de una situación
extrema en donde nos percatamos que por màs cruel que se pueda ser podemos
generar amor por alguien.
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