POR
CARLOS E. HERRERA
@cehs1957
Hablar
de cartelera teatral en Caracas exige a cualquier neófito o conocedor de su
dinámica manejar algunas mínimas destrezas: consultar uno o dos medios impresos
de alta circulación de la ciudad; conocer qué entes culturales públicos
(Fundación para la Cultura y las Artes de la Alcaldía de Caracas, Gobierno del
Distrito Capital, Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, Casa del
Artista, Banco Central del Venezuela, Casa Nacional de las Letras Andrés Bello,
etcétera) o académicos (Universidad Central de Venezuela, Universidad Nacional
Experimental de las Artes, Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas o Escuela César
Rengifo) están en capacidad de programar; saber qué colegios privados programan
para sus auditorios y espacios teatrales; estar atento a lo que se visualiza
por medio de entes corporativos privados que ofertan en sus salas y espacios lo
que, en términos generales, se conoce como de arte o comercial; investigar lo
que está orientado hacia plazas, parques, bulevares e insólitamente dentro de
centros comerciales, como espacios alternativos.
Se
debe detallar también la adición de ámbitos insertos en clubes y lugares
nocturnos que han permitido el ingreso de propuestas de pequeño formato y
espectáculos, y que se han convertido en espacios para la participación de
colectivos poco conocidos, artistas de la farándula e, incluso, agrupaciones
noveles que prueban suerte allí con el propósito de hacerse presente en lo que
entendemos como oferta/demanda de la distracción artístico cultural.
Incluso,
el público debe tener en mente lo que los ya escasos grupos consolidados
independientes mantienen en sus salas a lo largo del tiempo, como la Fundación
Rajatabla, el Teatro Experimental de Teatro, el Teatro San Martín de Caracas o
Río Teatro Caribe. En este tiempo solo ha surgido un espacio ecléctico en Bello
Monte (antigua Concha Acústica) donde un conglomerado de colectivos
(Contrajuego, Hebú Teatro, Arte Cénica, La Bacante, entre otros) han conformado
la llamada Caja de Fósforos, especie de alianza que trata de activar una oferta
de interés y de jugar con una pequeña sala donde sus productos escénicos, hasta
la presente fecha, están catalogados como de calidad, aunque sus condiciones de
producción sean precarias. Caracas posee una gran oferta de teatro pero, si la
analizamos con rigor, caemos en cuenta que está más articulada por la cantidad
que por la calidad.
FESTIVAL
DE TEATRO NO DECLARADO
La
más dinámica en su variedad fue generada luego de la concreción del primer
Festival de Teatro de Caracas en 2011, organizado por la Alcaldía de Caracas.
Éste generó una programación continua en lo que ha sido, hasta la presente
fecha, un positivo paso en materia de rescate, restauración y mantenimiento
programático de un teatro de variadas miradas, con acceso a grupos con
distintas ópticas creativas y hasta con posiciones ideológicas en franca
oposición a lo que es el proceso bolivariano.
¿Cómo
sería la verdadera oferta teatral de Caracas si no solo en dos medios impresos
se promocionase todo lo que en materia escénica se ofrece cada fin de semana?
Creo con certeza que estamos ante la realidad de un festival de teatro no
declarado.
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