Basilio Álvarez y Jorge Palacios |
Por E.A Moreno Uribe
@eamorenouribe
Venezuela azotada por la corrupción, o la mala conducta, de unos cuantos
políticos, empresarios, policías, militares y algunos sectores de su gran
comunidad. El Estado, por intermedio del gobierno nacional, hace campañas para
controlar y extirpar ese cáncer que pone en peligro a la democracia
misma.
Dos agrupaciones teatrales reflexionan sobre esa corrupción, tan antigua como el hombre mismo, y llevan a escena sendos montajes de El enemigo del pueblo (1882) de Henrik Ibsen, con los cuales hacen temporadas en diversas salas caraqueñas. Ya reseñamos el sobrio espectáculo del Grupo Teatral Emergente, adaptado y dirigido por Jesús Delgado. Y ahora abordamos la impactante producción del Grupo Skena, con ambiciosa y creativa puesta en escena de Armando Álvarez, que exhibe CorpbancaBOD, bajo el título Enemigo del pueblo, con excelentes actuaciones de Jorge Palacios y Basilio Álvarez, bien apoyados por Juan Carlos Ogando, Israel Moreno, Beatriz Mayz, Patrizia Aymerich, Alejandro Díaz, Luis Ernesto Rodríguez, Valentina Ortiz y Daniel Colmenares, entre otros.
En esencia, Enemigo del pueblo, versionado por Ugo Ulive,
cuestiona crudamente los excesos en que caen las democracias, cuando son
dirigidas por gobernantes malignos y mentirosos. Su saga se centra en el balneario
de un poblado, el cual tiene contaminadas sus aguas por una bacteria muy
peligrosa para la salud de los usuarios. El médico Tomás Stockman, hermano del
gobernador de esa comarca, Pedro, da la voz de alerta y cunde el escándalo
público. No conviene que se conozca la verdad que propala el galeno y logran
silenciarlo, utilizando especialmente el poder político y la nefasta
manipulación de los medios de comunicación, los cuales le mienten
descaradamente a la comunidad con una campaña mediática liderizada por el
maquiavélico Pedro Stockman. El destierro o la miseria esperan al decente Tomás
y su familia.
Con la versión adaptada a los años 60 del siglo XX, el director Álvarez utiliza apoyo audiovisual para crear la atmosfera donde se desenvuelven los hermanos Stockman: Pedro, humanista y preocupado por la salud física y mental de su comunidad, y Pedro, político con pretensiones que ve peligrar su carrera si impide el crecimiento del balneario ante la eventualidad de las enfermedades de sus usuarios. Pero se impone el poder sobre la verdad y como las bacterias no podrán ser manipuladas mediáticamente, como al pueblo, más temprano que tarde generaran epidemias…pero ya eso es otra pieza teatral.
Los espectadores de Enemigo del pueblo además de ser impactados por la claridad de la anécdota, presencian la utilización de varios actores que representan al pueblo y están en el patio de butacas, para aplaudir a Pedro y mofarse de Tomás, con lo cual generan una absurda situación, porque son obvios embusteros.
Este juego con el
falso pueblo eleva la temperatura del espectáculo y provoca una catarsis
casi explosiva del público, que comparará esa realidad escénica con otras
situaciones allende el escenario. ¿El teatro copia a la vida o la vida se
inspira en el teatro?
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