lunes, 26 de mayo de 2014

Bolivar es Longanizo

Alexander Rivera es Longanizo
Por Bruno Mateo
@bruno_mateo
@avencrit


Este domingo 25 de mayo de 2014 presencié el monólogo Longanizo, escrito por el dramaturgo venezolano Néstor Caballero, dirigido por Dairo Piñeres en una producción de Carlos Chacón  con la actuación de Alexander Rivera, diseño de vestuario de Joaquín Nandez,  diseño de escenografía y pintura escénica  de Héctor Becerra, iluminación de Alfredo Caldera y música original de Juan Pablo García. La pieza fue escrita en 1988 y estrenada en el Castillo el Zamuro, estado Bolívar el 17 de diciembre de 1989, luego lo montaron en el Teatro San Martín de Caracas y fue suspendido por un accidente que sufrió el actor Sebastián Falco durante la primera función. Este fue un montaje hecho para celebrar los 17 años del Grupo teatral Séptimo Piso en el año 2012. Ahora lo traen para la sala Horacio Peterson del edificio de Uneartes en Bellas Artes Caracas. La pieza nos sitúa a las postrimerías de la muerte del Libertador Simón Bolívar. La escenografía, el vestuario y la iluminación nos recrean un espacio yermo, estéril, sin color, árido, nos da un eco al estilo del purgatorio de la Divina comedia (1307-1308) de Dante Alighieri. Una ambientación muy acertada. El significante de la producción está muy acorde con el discurso de la pieza. La puesta en escena de Piñeres está milimétricamente resuelta con ciertos momentos efectistas como en el caso de la metáfora de la patilla con el sexo de Manuela Sáenz, el cual hace un valioso aporte al montaje.


 La interpretación de Alexander Rivera, al principio fue un poco fría, por supuesto, resuelta por la técnica actoral, sin embargo, a medida que avanzaba se fue metiendo cada vez más hasta darle cuerpo, voz y alma a este Bolívar avejentado por las luchas emancipadoras de la América del Sur. Su interpretación fue, por momentos, muy entregada hasta hacernos visualizar los tormentos de este grande hombre. Nos hizo creer que los zamuros revoloteaban a su alrededor para devorarlo al morir. Hay una acotación que pudiera servir para la recreación histórica que es que los fósforos no existían  en 1830, entiendo que este elemento es una didascálea para la concepción de la puesta, pero sólo es, como dije, una acotación de tipo histórica.


 Longanizo es una excelente opción dentro de la nutrida cartelera teatral caraqueña. La puesta en escena es vibrante, efectiva y muy bien resuelta. La interpretación de Alexander Rivera es intensa y entregada hasta lograr una transformación frente a nuestros ojos. La ambientación que incluye el vestuario, el maquillaje y la iluminación está en correspondencia con todo ese significante mustio y árido de las palabras del personaje.

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