Campaña No soy tu chiste |
Por Bruno
Mateo
@bruno_mateo@avencrit
La
temporada 2014 en La caja de fósforos de la Concha acústica de Bello Monte en
Caracas comienza muy acertadamente con la obra “Niños lindos” primera
dramaturgia del veinteañero Fernando Azpurua bajo la dirección y puesta en escena de Rossanna
Hernández, también debutante en estas lides. El elenco estuvo compuesto por
tres jóvenes intérpretes: Héctor Zerpa es “Martín”, José Manuel Suárez como
“Julio”, Teo Gutiérrez que hace a “David” y la aparición del cantante Víctor
Valdez.
La pieza es un drama juvenil gai en donde los asistentes pudimos ver que la homosexualidad no está exenta de pasiones y emociones tan poderosas como el deseo y el amor que, en esta ocasión, se convirtieron en algo trágico.
La puesta en escena al estilo circular resuelve bien el espacio en donde se desarrolla la trama, un pequeño apartamento con distintos habitaciones. La escenografía de paredes realizadas en tul permiten la visualización de cada espacio; no obstante, con la puesta circular se puede perder la visualización de gran parte de los detalles actorales.
En cuanto a las actuaciones hay que destacar a José Manuel Suárez quien nos convence en la interpretación de “Julio” una especie de Romeo shakespereano un tanto desquiciado enamorado de su primo mayor que él y es quien lo inicia en la experiencia sexual por allá en su pueblo del estado Lara hasta tal punto que lo sigue hasta Caracas, ciudad donde se ha radicado. Por su parte, Teo Gutiérrez en su caracterización del primo “David” nos encanta por la organicidad con que la ejecuta, en cuanto al actor Héctor Zerpa en el personaje “Martín” novio de “David” falta que tome conciencia de que está trabajando en teatro por lo que su manera y su decir deben adecuarse a este género porque tiene a su favor la naturalidad en escena.
“Niños lindos” es una pieza muy bien escrita, sólida en cuanto a historia y discurso, tendremos que esperar más productos dramaturgísticos de Fernando Azpurua para ver su consolidación como escritor, aunque puedo decir que comienza con buen pie. Una obra con una temática polémica y más aún en estos tiempos cuando la homofobia se ha recrudecido en el mundo. El joven dramaturgo lo aborda de una forma seria y responsable. La llama se enciende de nuevo en La caja de fósforos.
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