jueves, 17 de agosto de 2023

Coser la nostalgia

 



El pasado viernes 11 de agosto, se estrenó el más reciente montaje de la agrupación Deus Ex Machina, en La Caja de Fósforos de Colinas de Bello Monte, espectáculo que corona los primeros 10 años de este colectivo teatral venezolano y a la vez también la primera década de la sala. Se trata de un monólogo escrito y dirigido por Elvis Chaveinte, protagonizado por Rossana Hernández: Un vestido para Doris Wells es su título.

Coqueteando con la autobiografía, inteligentemente, Chaveinte echa mano de una historia familiar, la de su abuela, inmigrante española que llega a Venezuela huyendo de la postguerra para instalarse en la ciudad de Caracas y trabajar primero como cocinera, para luego dedicarse a su pasión real: la costura. Así se convierte en reconocida sastra y dedica muchos años de su profesión laborando en el extinto canal pionero de la TV venezolana Radio Caracas Televisión (RCTV) y es ahí donde confluyen las protagonistas del relato, cuando la primera actriz Doris Wells le encarga un vestido a Mary, la modista en cuestión, para una gala de entrega de los recordados Premios Ronda de la música nacional.

El detonante y quien cuenta la historia, es una actriz, que en medio de la pandemia que padecemos desde 2020 y estando en el apartamento que antes ocupó Mary, intenta distraerse y monetizar sus actuaciones a través de una transmisión en vivo a sus seguidores. A partir de esa circunstancia, descubre el libreto de la obra y se fusionan de manera magistral, presente y pasado reales, con el tiempo de ficción a través de los personajes que hicieron famosa a la Dama de la Televisión y que se encuentran navegando en el inconsciente colectivo de todo venezolano que haya vivido las décadas de los 70’s y 80’s del siglo pasado. 



Creemos que uno de los logros de este texto es que pone a dialogar esas tres temporalidades amén de disparar el botón de la nostalgia y el recuerdo que sin lugar a duda inmediatamente identifica al espectador.

Enriqueta, la hermana traicionada del cuento de Rómulo Gallegos La hora menguada, momento estelar de nuestra pantalla chica que logró unir a las divas más queridas: Doris y Marina Baura, además de ser su última aparición en la televisión representó un icono, a igual que su legendaria Isabel Blanco en la telenovela La fiera y su poderosa Pilar de La señora de Cárdenas son los personajes en los que esta actriz se transfigura para contarnos con una hermosa capacidad de transformación la historia de dos mujeres que amaron un mismo mundo (la televisión) y supieron hacer de él su forma de vida.

Rossana Hernández nos lleva de la mano de una forma sutil pero contundente, ofreciéndonos una interpretación plena de verdad, organicidad pero sobre todo con una sinceridad cargada de matices que invita al recuerdo borroso de una época en la que como dice el refrán: “éramos felices y no lo sabíamos” tanto la puesta en escena de Chaveinte (Dinámica, sorpresiva y correcta) como su texto, junto a la interpretación de Hernández, no solamente se queda en la nostalgia de una simple anécdota de la vida real, si no que traspasa a la reflexión al confrontarnos con la época de oro de la televisión venezolana que también nos recuerda cuánto nos han quitado y cuánto dolor dejan esos recuerdos. Inevitable llegar a conmoverse hasta las lágrimas.



Si usted que me lee quiere darse un verdadero premio a sus sentidos, no se pierda este extraordinario trabajo que se presenta en La Caja de Fósforos (Concha Acústica de Bello Monte) Los viernes a las 6:30 pm. Sábados y domingos 4pm. Solo restan 6 funciones.   

@luisalbertor 

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